El Parlamento ruso afronta la crisis bancaria con una ley para garantizar los depósitos
El Gobierno congela las cuentas de las filiales de Yukos e interviene el registro de accionistas
La Duma Estatal de Rusia, la Cámara baja del Parlamento, examinará hoy en sesión de urgencia una ley por la que el Estado asegura los depósitos de todos los clientes bancarios con independencia de las garantías que ofrecen los mismos bancos. Mientras tanto, la campaña contra la petrolera Yukos siguió avanzando con la congelación de las cuentas de sus filiales en provincias y la incautación de los servidores de la empresa M-Reiestr, depositaria del registro de accionistas. Las acciones de la mayor petrolera rusa siguieron en caída libre y ayer retrocedieron un 5,7%.
Las autoridades rusas pasaron ayer a la acción para calmar los nervios de los ciudadanos, que continuaban mostrando desconfianza por el sistema bancario y retirando sus depósitos, con ciertas colas pero en general sin problemas. La crisis de confianza bancaria y los procedimientos judiciales contra la mayor petrolera del país por supuesta evasión de impuestos son fenómenos que no están relacionados entre sí, pero que en conjunto han contribuido a crear un clima de incertidumbre en medios económicos y financieros.
En un resuelto y raro gesto, la Duma examinará hoy esa ley por la que el Estado asegura los depósitos bancarios. Es previsible que el proyecto legislativo, que parte de una iniciativa del Banco Central ruso, sea aprobado hoy mismo en las tres lecturas de rigor. Por su parte, el Ejecutivo dio otro paso práctico para calmar los ánimos cuando el Banco de Comercio Exterior (Vnezhtorgbank), controlado en un 99,9% por el Gobierno, informó de que había llegado a un acuerdo para comprar un 86% de las acciones del Guta Bank, institución que suspendió pagos esta semana. Con la promesa de un respaldo de 700 millones de dólares (564 millones de euros) del Banco Central, el Guta Bank anunció que dentro de una semana esperaba volver a atender a sus clientes individuales y corporativos, concesión de créditos incluida.
Por la mañana, los moscovitas hicieron colas ante los bancos y oficinas cambiarias para sacar sus ahorros o para cambiar sus rublos en dólares y euros, monedas que se revalorizaron ayer de hecho por encima de las cotizaciones fijadas por el Banco Central. El euro se cotizó a 36,11 rublos, tras revalorizarse un 2,2% esta semana, y alcanzó su punto más alto desde el pasado febrero. El dólar, a su vez, se estabilizó entre los 29,11 rublos y los 29,12 rublos por unidad, bajo la vigilancia del Banco Central, que estaba dispuesto a intervenir, vendiendo divisa norteamericana, si se producía un brusco aumento de la demanda.
Alegando que la retirada de depósitos se había aminorado, el Alfa Bank, una de las principales instituciones rusas, anunció que a partir del lunes dejará de cobrar las comisiones de un 10% que impuso esta semana a quienes retiraban sus depósitos precipitadamente. Los accionistas del banco entregarán 800 millones de dólares para mantener la liquidez, según dijo Peter Aven, el presidente de Alfa Bank.
Caída libre de Yukos
Por otra parte, las acciones de Yukos cayeron en la Bolsa rusa un 5,7% después de que el ministro de Justicia y el de Finanzas confirmaran, cada uno a su modo, que el procedimiento judicial contra la petrolera continuará. El Ministerio de Justicia dio luz verde al embargo de la empresa un día después de que se cumpliera el plazo dado por la Hacienda rusa para que Yukos pagara más de 3.400 millones de dólares por impuestos impagados en 2000. Además, hay pendiente otra reclamación tributaria por una similar cantidad por el ejercicio económico de 2001.
Al final de la jornada, las acciones de Yukos se habían devaluado en un 2%, mientras las acciones de las principales empresas rusas bajaron entre un 0,1% y un 0,8%. La Bolsa de Moscú, sin embargo, revelaba ayer una gran volatilidad sin que hubiera una tendencia clara dominante entre quienes vendían o compraban en reacción directa a los acontecimientos y quienes habían decidido aguardar.
El titular de Justicia, Yuri Chaika, informó del arresto de las cuentas de las filiales de Yukos en provincias, donde los agentes judiciales han formado grupos especializados para investigar las actividades de esas compañías. "Que a nadie le quede ninguna duda de que conseguiremos abrir lo que está cerrado. Actuaremos estrictamente de acuerdo con la ley y cumpliremos la decisión de los tribunales", dijo Chaika, quien reiteró la intención de cobrarse la factura de 2.800 millones de euros presentada a Yukos en concepto de impuestos atrasados y multas correspondientes a 2000. Chaika dijo que haría lo posible por que la decisión judicial se cumpliera "con la máxima celeridad". Los abogados de la petrolera, mientras tanto, anunciaron la interposición de un recurso judicial contra la factura fiscal.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Aleksei Kudrin, manifestó que no procede aplazar el pago al fisco, ya que la empresa tiene, según él, suficientes activos para afrontarlo. Para calmar los temores sobre una repercusión de la crisis de Yukos en los mercados energéticos internacionales, el ministro de Energía, Víctor Jristenko, a su vez, dio garantías de que se cumplirían los acuerdos de exportación de crudo ruso.
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