El 12-M entraron en la investigación agentes de asuntos árabes

Miguel Ángel Santano, comisario general de Policía Científica, cumplió ayer por la tarde la promesa que hizo por la mañana ante la comisión del 11-M de enviar el acta de entrega de la tarjeta SIM del teléfono móvil de la bomba desactivada. El objetivo era confirmar que había sido entregada a la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la policía en la mañana del 12-M. Y el acta lo deja claro: se entregó a un agente del "Servicio de Asuntos Árabes e Islámicos".

El acta fue extendida a las diez de la mañana del 12 de marzo por un miembro de la Sección de Asuntos Especiales de la Comisaría General de Policía Científica. El funcionario hace constar que es en ese momento en el que entrega la tarjeta a un inspector "adscrito a la Unidad Central de Información Exterior, Servicio de Asuntos Árabes e Islámicos, sección 3ª de la Comisaría General de Información".

La tarjeta fue la clave, la pista definitiva que acabó inclinando las pesquisas al terrorismo islámico entre el 12 y el 13 de marzo (con la detención de los dueños del locutorio Nuevo Mundo de Lavapiés, tres marroquíes), tal y como reconoció ayer mismo el ex subdirector general Operativo de la Policía, Pedro Díaz-Pintado, y prueba que los expertos en islamismo estuvieron desde el primer momento sobre las pesquisas.

El acta asegura que la tarjeta de Amena-Auna fue recuperada de un teléfono móvil de la marca Moviestar, "encontrado dentro de una bolsa de deporte que contenía un artefacto explosivo, que había sido trasladada desde el lugar de las explosiones hasta una comisaría de policía de la zona de Vallecas de Madrid".

Santano también remitió otro acta del día 12 relatando los efectos que habían sido recuperados de la bolsa bomba, en el que se especifica que el teléfono que contenía la tarjeta era de la marca Mitsubishi Trium Modelo TM-360. Sin embargo, en los informes policiales posteriores se asegura que dicho teléfono era efectivamente un Trium, pero del modelo T-110.

Por otro lado, la comisión recibió ayer un informe de Renfe, en el que se da cuenta de las actuaciones de los servicios de seguridad de la compañía el 11 de marzo, así como los protocolos de seguridad de la ferroviaria. Además, incluye un informe de la empresa Alstom sobre los daños en los trenes atacados, con un tétrico reportaje fotográfico, que incluye una conclusión escalofriante, que da una idea de los estragos que causaron las explosiones en cada vagón: "La onda expansiva barrió todo el coche de extremo a extremo".