"Me interesan las historias que no se cuentan en el cine de Hollywood"

John Sayles se considera un guionista a comisión, Hollywood le ve como el genuino cineasta independiente y los actores que con él trabajan sólo igualan su nombre a una certeza. "Cuando te llama, no esperas el guión, no esperas la oferta. Simplemente dices que sí", resume Rita Moreno, actriz que participa en Casa de los babys y que se estrena hoy en España, del sentimiento que comparten todos los que han trabajado con Sayles. Esta certeza ahorra tiempo, porque este actor, guionista y director, además de montador y novelista siempre paga el salario mínimo, sea quien sea su protagonista.

Así ha conseguido labrarse una carrera como director con algo más de una docena de títulos por menos de 50 millones de dólares en total, el presupuesto medio que hoy día invierte Hollywood en una sola película. Además las historias de Sayles no se parecen a ninguna otra, con una riqueza y una complejidad que enamoran a cualquiera que se llame actor.

"Hay muy pocas películas centradas en un grupo de mujeres"

"A nadie le gusta interpretar el mismo papel una y otra vez. Por algo se llaman actores", añade con la seguridad que le dan sus dos metros de altura a este realizador nacido en uno de los suburbios neoyorquinos.

A sus 53 años, esta figura lacónica y ferviente admiradora de otros pioneros en el cine independiente americano como John Cassavetes, ha encontrado un nuevo mundo que mostrar a la pantalla y con el que interesar a su audiencia como antes lo hiciera con Lone Star, Passion fish y El secreto de la isla de las focas como director, o con títulos más comerciales como Apolo 13, Malcolm X o Piraña como guionista.

Se trata de Casa de los babys, filme centrado en un grupo de mujeres estadounidenses a la espera de que les sea concedida la adopción de un niño en un país indeterminado de Latinoamérica. "Son muchos los amigos o conocidos que han adoptado un niño y el fenómeno de la adopción en el extranjero es cada vez más común y abre muchos interrogantes", resume el realizador.

Pregunta. Interrogantes que, a juzgar por la cinta, se niega a responder.

Respuesta. ¡Eso me llevaría 20 años y mi idea era la de escribir un relato corto! Luego me vi con una historia demasiado larga para publicarla en una revista, pero demasiado corta para ser una novela, así que la convertí en un guión de 75 páginas. El número perfecto. Y un tema que se puede analizar desde muchos puntos de vista, el de las mujeres que quieren adoptar y las barreras burocráticas que deben sortear, y el de aquellas que se ven forzadas a dar sus hijos en adopción por problemas sociales o económicos.

P. Una nueva oportunidad para trabajar con un reparto sólo de mujeres, desde Rita Moreno hasta Daryl Hannah pasando por Marcia Gay Harden.

R. Hay muy pocas películas centradas en un grupo de mujeres y a mí siempre me ha fascinado la dinámica que las une. Son el 51% de la población y siempre he estado muy en contacto con esta otra mitad del mundo, en especial en los años en los que trabajé como enfermero, porque solía ser el único hombre en unos hospitales llevados por las mujeres, por las enfermeras.

P. Otra de sus constantes es llevar sus historias al mundo hispano. ¿A qué responde este interés?

R. Supongo que es mi respuesta al síndrome que sufre Hollywood, porque "si un árbol se cae en el bosque, a menos que le caiga encima a un americano, es como si no se hubiera caído". Hablo español y me siento muy afín con esta cultura, así que prefiero aprovecharme de la capacidad que tienen las películas de transportarte a la vida de alguien para conocer gente que no me encontraría de forma cotidiana.

P. ¿Por qué cree que la industria de Hollywood no se interesa por estas historias?

R. Mi experiencia como guionista me ha enseñado que lo que realmente separa al cine independiente del cine de Hollywood es la complejidad de las historias. A mí me interesan las historias que no van a hacer las grandes compañías. La petición que recibo una y otra vez como guionista es que simplifique la trama.

P. Debe de ser una frustración.

R. Uno se acomoda e intentas hacer lo que puedes con lo que tienes. Muy pocos saben que al director al que más me parezco es a David Lean, porque nunca he tenido el presupuesto para demostrarlo. Mi primera película me costó 40.000 dólares y era básicamente la obra de un actor en una trama que transcurría en una unidad de espacio y tiempo. Cualquier otra cosa más grande hubiera costado un dinero que no tengo. Pero eso no significa que mis historias sean simples. Quizá lo sean en su estructura, pero todas las persecuciones, todas las explosiones, todos los helicópteros del mundo nunca sustituirán la complejidad de mis historias.

P. Por algo es el héroe más admirado entre los cineastas independientes.

R. Eso tampoco quiere decir que se quieran ver en mi pellejo. Lo que significa es que quieren hacer cine y quieren estar en control de lo que hacen. ¿Acaso no es lo que queremos todos? Pero gran parte de lo que hoy en día se llaman películas independientes no son más que tarjetas de visita para poder entrar al Hollywood con mayúsculas.

P. ¿Alguna vez se ha sentido tentado de volver a cruzar ese umbral como director? ¿Regresar al trabajo de estudio?

R. Estoy preparando una nueva película basada en una idea del actor escocés Robert Carlyle, un épico histórico que tiene lugar en el siglo XVIII y que tengo que comenzar con la financiación aún en el aire, porque tiene un presupuesto de 25 millones de dólares. Es una cifra que está muy por encima de mis posibilidades aunque para Hollywood seguiría siendo una producción barata, pero yo prefiero seguir haciendo mis propias películas. Nunca me quiero ver forzado a disculparme de mis filmes con el argumento de que deberían de haber visto mi montaje. Eso es lo que más he admirado siempre de Cassavetes. El mero hecho de que era capaz de hacer las películas que hacía. Si él pudo, creo que también podré salirme con la mía.