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Una defensa con 1.400 testigos

Isabel Ferrer

La lista de testigos presentada por Slobodan Milosevic ante el Tribunal Penal Internacional de la ex Yugoslavia (TPIY) es imponente y refleja el enfoque que presumiblemente querrá darle a su defensa. Entre los cerca de 1.400 nombres que incluye aparecen personajes como el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y su antigua secretaria de Estado, Madeleine Albright. Milosevic quiere citarla porque ella era la embajadora de su país ante Naciones Unidas durante la guerra de Bosnia-Herzegovina. También figura el primer ministro británico, Tony Blair, su ministro de Exteriores de la época, Robin Cook, y el canciller germano, Gerhard Schröder.

Unos líderes a los que el procesado en La Haya atribuye la tragedia de los Balcanes por haber intervenido en su tierra. En especial por haber autorizado los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado, la capital yugoslava, durante en conflicto de Kosovo en 1999.

Milosevic lleva dos años esperando para debutar como defensor de su propio caso. Sus achaques de salud, que demorarán el estreno algo más, no le han impedido enojarse con el TPIY por lo que considera desidia en citar a los testigos más significativos. Según el juez Patrick Robinson, la sala necesita los datos personales de todos, así como las razones por las que son llamados y el asunto sobre el que serán preguntados. Para el ex presidente serbio, se trata de excusas. Se considera un jefe de Estado en el banquillo de los acusados y espera ver pronto en La Haya a los "testigos hostiles que le acusan de falsedades" y están a su altura política en Washington, Londres o Bonn.

Para algunos analistas, Milosevic no quiere que le ayude otro abogado simplemente porque no se fía de nadie. Tampoco está dispuesto a dejar en manos de un colega extremos tan delicados como la defensa contra el cargo de genocidio (asesinato de otros grupos raciales, nacionales o étnicos), difícil de probar.

En su caso, los jueces del TPIY tendrán que determinar primero si las tropas serbias premeditaron la aniquilación de otras etnias. Luego habrá que establecer el grado de autoridad ejercido por el procesado desde Belgrado para dirigir dicha empresa.

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