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Reportaje:Apuntes

Economistas potenciales

Los finalistas de la olimpiada económica tuvieron que explicar la burbuja inmobiliaria

Ignacio Zafra

La ganadora de las primeras Olimpiadas Económicas de la Comunidad Valenciana se llama Ana Armengol, acaba de terminar el bachillerato en el Instituto Penyagolosa de Castellón y no pensaba presentarse a las pruebas. Una vez convencida por sus profesores, sin embargo, esta joven de 18 años resultó ser la más avezada en los caminos del monopolio y la competencia perfecta.

Y es que los exámenes de las Olimpiadas, promovidas por la Universitat de Valencia, la Jaume I de Castellón y la Universidad de Alicante con el fin de acercarse a sus futuros alumnos, trataban de la oferta y la demanda y del resto de conceptos incluidos en la asignatura de Economía, una materia que puede cursarse en los institutos dentro del itinerario de Ciencias Sociales. "Se parecían a las pruebas que tienen en selectividad", explica Mª Luz Marco, profesora de la Facultad de Economía de Valencia y coordinadora de la convocatoria, "sólo que un poco más difíciles".

Ana Armengol ha ganado un diploma, un ordenador, y la posibilidad, si se decide, de cursar gratis el primer curso de Economía en cualquiera de las facultades de las tres universidades valencianas participantes. A ella, hasta ahora, le tiraba más Barcelona, quizá porque la carrera iría acompañada de la independencia, un privilegio a su edad en los tiempos que corren.

Aunque le quedan años para pensarlo a esta ya ex alumna del Instituto Penyagolosa, le atrae la banca, un mundo bastante alejado del que seduce al segundo clasificado. Raúl León, alumno del instituto La Morería, en Mislata, quiere hacer Magisterio para ser profesor de primaria. "Luego, cuando tenga más experiencia y madurez me plantearé estudiar Economía", explica. A Raúl le pareció más difícil la primera prueba que la segunda, porque según él, aquélla estaba centrada en "preguntas muy concretas de Microeconomía".

Los 10 primeros clasificados en las Olimpiadas recibieron la semana pasada los correspondientes certificados en el edificio de la Bolsa de Valencia, donde, de paso, les instruyeron en el arte de la compra venta de acciones. Algunos de los chicos debieron sentirse aturdidos. Raúl León, no. La parte más complicada del cuestionario era un texto periodístico sobre el alto precio de la vivienda y la burbuja inmobiliaria. ¿A qué se debe?, debían responder los aspirantes. "A la especulación", sentencia León.

Con la sede bursátil valenciana como mudo testigo, Armengol añade que, precisamente, uno de los motivos de la imparable subida de los precios es consecuencia de la poca fiabilidad de la bolsa. Un razonamiento impecable. Después de unos años en los que cualquiera parecía capaz de multiplicar su dinero por medio de las acciones, llegó la crisis. Con ella se esfumaron buena parte de los ahorros del pequeño inversor, y, razona Armengol, el escarmiento llevó a mucha gente a buscar refugio en algo más sólido y seguro, como los bienes inmuebles.

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"Han tenido que trabajar sobre textos que seguramente hubieran dado problemas a los propios alumnos de universidad", reconoce Marco, quien también confiesa que para poder elegir a los mejores han tenido que ser muy severos en las correcciones. "Tratándose de gente muy buena teníamos que penalizar mucho cualquier fallo. Incluso los fallos de acentuación. En un contexto normal la mayoría habría sacado nueves o diezes". El camino hasta el podio de esta primera olimpiada interuniversitaria no ha sido sencillo. Entre los diez finalistas, hay cinco estudiantes más de centros de Valencia capital, uno de Godella (Valencia) y una alumna de Sant Vicent del Raspeig (Alicante). La competición, que el año pasado tuvo su antecesora en un torneo similar pero restringido al ámbito de la provincia de Valencia, impulsado por la Universitat, comienza por una preselección que realizan los propios centros de secundaria. En ellas pueden participar todos los institutos, públicos o privados.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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