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El BBVA cerrará las filiales en paraísos fiscales y se concentrará en Suiza y Miami

La entidad ganó un 33,5% menos con esta banca privada en 2003, hasta 131 millones

Íñigo de Barrón

El BBVA ha iniciado un proceso de cierre de todas las filiales (21 en total) dedicadas a la banca privada en paraísos fiscales para concentrar su actividad en Suiza y Miami. Tras los escándalos vividos por su actividad en esos paraísos y la nueva filosofía de la entidad, el BBVA quiere "aumentar la transparencia en este negocio y estar a la cabeza en cumplimiento legal". Además, también dejará de emitir acciones preferentes desde los paraísos por el cambio legislativo realizado en España. El BBVA logró un beneficio consolidado de 131 millones en 2003 con esas filiales, un 33,5% menos que en 2002.

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El BBVA ha sufrido con especial virulencia las consecuencias de trabajar con filiales de los paraísos fiscales. En 2002, unos fondos traídos desde Jersey para algunos consejeros generaron "una crisis interna que puso en riesgo el futuro de la institución", según reconoció Francisco González, presidente de la entidad. Esta situación se saldó con la marcha de parte del consejo.

La entidad ha aprendido la lección y ha fijado un nuevo rumbo. El BBVA contaba en 2002 con 33 sociedades radicadas en paraísos fiscales. Un año después había cerrado dos y ahora promete que acelerará este proceso hasta que, alrededor de 2006, sólo queden las emisoras de acciones preferentes. Un total de 12 de esas sociedades son filiales españolas (procedentes de Privanza), y otras tantas, de los bancos latinoamericanos que se dedican a la banca privada. Media docena se centran en la gestión de carteras y de fondos de pensiones.

Según la memoria, el banco ganó con empresas radicadas en paraísos fiscales 447 millones en 2003. Sin embargo, tras consolidar dentro del grupo unas sociedades con otras, el resultado neto se reduce a 141 millones, con lo obtenido en Luxemburgo. Esta cantidad supone una reducción del 33,5% debido, según el banco, "a la caída de las divisas latinoamericanas frente al euro".

La filosofía del BBVA es "reducir al máximo nuestra presencia en los paraísos fiscales, por lo que realizaremos toda la gestión de la banca privada europea desde Suiza y la de toda Latinoamérica desde Miami. El resto de las filiales se irán cerrando", según fuentes de la entidad. El banco cree que puede tardar un par de años, "ya que son necesarios complejos y lentos procesos jurídicos, pero la intención es determinante". El BBVA advierte, sin embargo, de que permanecerá con sus filiales en Andorra y Panamá, porque entiende que "en estos dos países realizamos banca comercial para pequeños clientes residentes". Además, no realizará nuevas emisiones de acciones preferentes, ya que, desde mediados de 2003, la legislación española ha igualado las ventajas fiscales que tenían los paraísos.

El BBVA ha cambiado de estrategia tras poner en marcha un Comité de Gestión de Integridad Corporativa, que pretende el cumplimiento de la ley. Tres normas clave rigen en la entidad: "No debe ni siquiera bordear la legalidad; debe ser moralmente aceptable y podría ser publicado en un periódico sin que ello menoscabe el prestigio de la entidad", dicen fuentes internas.

La batalla suiza

No obstante, cabe apuntar que la situación de Suiza, tras una dura pelea con la Unión Europea, es peculiar. Ha logrado mantener su sagrado secreto bancario y las cuentas cifradas, por lo que no habrá intercambio de información con los países de origen de los ahorradores con dinero en cuentas helvéticas. Suiza sí se ha comprometido a aplicar reducidas retenciones sobre los intereses de esas cuentas: del 15% durante tres años tras la entrada en vigor; del 25% en los tres años siguientes, y luego, del 35%. El 75% de esas retenciones irán al fisco del país del ahorrador, pero éste no será identificado. A ese derecho se acogieron Luxemburgo, Austria y Bélgica.

Por otro lado, Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, está presionando a las entidades financieras para que extremen la prudencia cuando actúen en "jurisdicciones opacas", es decir, paraísos fiscales, ya que "los escándalos internacionales ponen de manifiesto la importancia del riesgo reputacional".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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