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Entrevista:YEVGUENI PRIMAKOV | EX JEFE DEL GOBIERNO RUSO Y ESPECIALISTA EN ORIENTE | ENTREVISTA

"La salida ahora de las tropas de Irak puede llevar al caos"

Pilar Bonet

Los dirigentes rusos comprenden mejor que algunos europeos que la crítica a la actuación de EE UU en Irak no debe convertirse en antiamericanismo, opina en una entrevista con EL PAÍS el ex jefe del Gobierno ruso Yevgueni Primakov. Es un especialista en el mundo árabe involucrado en delicadas misiones a lo largo de su dilatada carrera, que le llevó de la corresponsalía de Pravda en Oriente Próximo y el mundo académico y de los servicios de espionaje al Ministerio de Exteriores. Desde su perspectiva actual como jefe de la Cámara de Comercio de Rusia, Primakov, de 74 años, afirma que Sadam Husein hubiera debido escucharle cuando, por encargo del presidente Vladímir Putin, le visitó en Bagdad en febrero de 2003.

"Tal como están las cosas, no es apropiado que Rusia desempeñe un papel militar en Irak. En mi opinión, sin la bandera de la ONU, Rusia no debe involucrarse"
"Si Sadam hubiera seguido las recomendaciones de Putin que yo le transmití, a los estadounidenses les hubiera sido bastante difícil intervenir. Le dije que dimitiera y convocara elecciones"
"El terrorismo se muestra hoy con ropaje islámico no porque el islam genere terrorismo, sino porque el conflicto de Oriente Próximo constituye su principal caldo de cultivo"

Pregunta. ¿Qué opina usted de la iniciativa de EE UU para el Gran Oriente Próximo que la cumbre del G-8 aprobó en forma diluida y con otra etiqueta?

Respuesta. En la iniciativa original, que de hecho fue rechazada en la sesión del G-8, EE UU trató de justificar con efectos retroactivos la operación en Irak, abordándola como si fuera un episodio de un plan de democratización de todo Oriente Próximo. Estados Unidos trató de aglutinar a los aliados y socios disidentes y de anunciar su liderazgo al mundo musulmán. Los Estados musulmanes vieron la iniciativa norteamericana como un intento de imponer modelos foráneos y como una injerencia en sus asuntos internos. Aunque parezca paradójico, ella se inscribe en la tradición trotskista de exportar la revolución sin considerar la preparación de un país concreto para el proceso revolucionario. Sólo que ahora se trata de exportar la democracia, sin considerar que ésta debe surgir de la vida interna de un país.

P. ¿Es posible estabilizar la situación en Irak a partir de la resolución 1.546 del Consejo de Seguridad de la ONU para transferir la soberanía al Gobierno interino el 30 de junio?

R. Haber aprobado la resolución constituye un acontecimiento positivo, que satisface a todos, aunque no sea al máximo. Hay que ayudar al Gobierno interino a fortalecerse porque puede crear una dinámica esperanzadora. En retrospectiva, sin embargo, hubiera sido mejor haber aceptado la propuesta del presidente Putin de formar el Gobierno a partir de una conferencia internacional. Eso le hubiera dado más legitimidad y un respaldo más amplio que el de la Administración de Paul Bremer.

P. ¿Cómo valora las posibilidades del Gobierno interino de reforzar la unidad del país?

R. No creo que la resistencia cese tras la transferencia de soberanía el 30 de junio, porque el poder ocupante se mantiene, aunque el régimen de ocupación cambia de forma. Ahora en Irak hay protestas contra la ocupación extranjera y no consignas de apoyo a Sadam. Pero la comunidad internacional no debe pedir que se retiren de golpe las tropas extranjeras en Irak.

La salida ahora de las tropas podría llevar al caos, a la guerra civil, a enfrentamientos étnicos y religiosos. En alguna etapa deben comenzar a funcionar tropas pacificadoras de la ONU que no sean contempladas como fuerzas ocupantes.

P. ¿Cuáles son las principales diferencias de enfoque de Rusia y EE UU respecto a Irak?

R. Rusia considera que hay que involucrar a la ONU al máximo y lo más deprisa posible en el proceso. Estados Unidos también se encamina hacia la ONU, pero por los avatares de la suerte y de una forma más lenta. No es sólo una cuestión de ritmo, sino también de diferencias sobre el grado de tensión permisible. Además de crear una policía y un ejército iraquíes, hay que pensar en las características de una fuerza pacificadora bajo la égida de la ONU, que también puede incluir un contingente norteamericano.

P. ¿Ve algún papel militar para Rusia en Irak?

R. Tal como están las cosas, no es apropiado que Rusia desempeñe un papel militar en Irak. En mi opinión, sin la bandera de la ONU, Rusia no debe involucrarse.

P. Francia, Alemania y Rusia se unieron contra la guerra en Irak, pero Rusia a veces parece estar más cerca de los norteamericanos que de los europeos.

R. Los dirigentes rusos quizá comprenden mejor que otros que nuestra actitud hacia la intervención de EE UU en Irak no debe convertirse en antiamericanismo y que la coyuntura no debe primar sobre la estrategia. No quiero mencionar a nadie, pero a veces los europeos dan más valor a las consideraciones coyunturales. No hay diferencias con los europeos, actuamos en un frente común, pero hay matices. Cuando Putin se unió a Francia y Alemania en su oposición a la guerra, el tono antiamericano de su acuerdo se suavizó no porque Rusia esté más cerca de Estados Unidos que Europa, sino porque la guerra común contra el terrorismo y contra la proliferación de armas de destrucción masiva son impensables sin los norteamericanos.

P. Y los abusos cometidos en la prisión de Abu Ghraib, ¿como influyen en su imagen de Estados Unidos?

R. Eso influye en todo el mundo, pero los mismos norteamericanos luchan contra esto, y han hecho bien llevando los casos a los tribunales y deteniendo a gente.

P. Ayad Alaui ha dicho que EE UU entregará a Sadam Husein a los iraquíes para que le juzguen. ¿Le parece posible?

R. Si le entregan y se inicia un proceso, los partidarios de Sadam Husein podrían activarse, y también podría abrirse una página desagradable para los norteamericanos. Actualmente, no creo que Sadam tenga influencia.

P. Usted conoce a Sadam desde los sesenta y le visitó varias veces en 1990-1991 durante la ocupación de Kuwait. En febrero de 2003 viajó a Bagdad para entrevistarse con él. ¿Qué le dijo?

R. Si Sadam hubiera seguido las recomendaciones de Putin que yo le transmití, a los norteamericanos les hubiera sido bastante más difícil intervenir. Le dije que dimitiera y que convocara unas elecciones presidenciales democráticas. Incluso podría haberse quedado al frente de alguna estructura encargada de vigilar el mantenimiento del orden y la estabilidad. Si hubiera habido un cambio de régimen antes de la invasión, los norteamericanos se hubieran visto privados de argumentos.

P. Según cuenta en uno de sus libros, usted hizo su propia contribución antiterrorista en los setenta, cuando las autoridades comunistas de la URSS le enviaron a Beirut a convencer al Frente Nacional de Liberación de Palestina de que dejara de secuestrar aviones. ¿Cree usted que las raíces del terrorismo en Oriente Próximo son más profundas hoy que en el pasado?

R. El terrorismo se muestra hoy en ropaje islámico no porque el islam genere terrorismo, sino porque el conflicto de Oriente Próximo constituye su principal caldo de cultivo. Si se regula ese conflicto, se restringirá su campo de acción.

Yevgueni Primakov.
Yevgueni Primakov.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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