El fiscal general estudiará actuar a petición de los parientes
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, aseguró ayer que si la asociación de familiares del Yak-42 se dirige al Ministerio Público estudiará el asunto para ver "si es necesario hacer alguna intervención".
No obstante, se mostró muy cauto tras alegar que "no tiene constancia oficial de que haya necesidad de intervenir" y que "todas las decisiones de la Fiscalía se toman después de un profundo estudio". Conde-Pumpido aclaró que el hecho de que se hayan producido errores de identificación "no significa en absoluto que tenga que haber responsabilidad penal".
La asociación de familiares pidió ayer la intervención de la Fiscalía General del Estado para dar "una respuesta judicial" al escándalo. El abogado de la asociación, Leopoldo Gay, recordó que las familias interpusieron en octubre una denuncia en la Audiencia Nacional. Tras múltiples episodios procesales, en los que la Fiscalía siempre se ha opuesto a la admisión a trámite del caso, la Sección Cuarta de lo Penal comunicó ayer que el próximo día 12 celebrará la vista del recurso en el que debe dirimir si es competente para investigar el caso.
Peticiones de exhumación
Francisco Cardona, padre del sargento Francisco Cardona Gil, uno de los 62 militares españoles fallecidos en el accidente del Yak-42 en mayo del año pasado, anunció ayer que solicitará la exhumación del cadáver que enterró creyendo que era el de su hijo, tras los errores detectados en la identificación de las víctimas.
El informe del Instituto de Toxicología de Estambul, que ha cotejado los restos de 39 militares fallecidos en el accidente del Yak-42 con las muestras de sus familiares, concluye que al menos 22 de las víctimas fueron mal identificadas. Cardona explicó que le habían confirmado desde el despacho de su abogado en Madrid que el cuerpo que está enterrado en la localidad valenciana de Alboraya no corresponde con el de su hijo. Cardona adelantó que el próximo martes presentará una denuncia por los errores de identificación de los cadáveres de los militares españoles en Turquía. Posteriormente "el juez, cuando vea el pastelón, si se atreve, seguirá adelante y de lo contrario buscaré instancias superiores".
Antonio Redondo, cuñado del cabo José Israel, muerto también en el accidente del Yak-42, explicó asimismo que los restos enterrados en Albacete no se corresponden con los de su familiar por lo que a partir de ahora el principal objetivo es conocer dónde se encuentra el cadáver y tratar de recuperarlo.
Antonio Redondo explicó que la madre del cabo fallecido se encontraba muy afectada al conocer que los restos enterrados no eran los de su hijo y anuncio que van a emprender, junto al resto de las familias, las acciones para depurar responsabilidades tanto políticas como militares.
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