Almunia negociará con los Gobiernos de la UE las reformas del Pacto de Estabilidad
Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal no alcanzarán el equilibrio ni en 2007
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, expondrá hoy al Ejecutivo comunitario sus primeras ideas para reformar el Pacto de Estabilidad, pero no planteará su plan hasta negociarlo con los Gobiernos de la UE. En el documento que ha preparado, Almunia señala que las divergencias en la Unión sobre cómo aplicar ese Pacto "han creado incertidumbre" y "dificultades" a la hora de expedientar a los incumplidores. Almunia augura que Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal no alcanzarán el equilibrio presupuestario ni en 2007.
Almunia reconoce en su documento que ha habido "tensiones" a la hora de aplicar el Pacto, como cuando el Consejo de Ministros de Finanzas (Ecofin) dejó en suspenso en noviembre pasado la vía de las sanciones contra Francia y Alemania. Probablemente para evitar esas dificultades y tensiones, el comisario se ha propuesto ahora negociar con los Gobiernos antes de presentar un plan concreto sobre cómo reformar el Pacto.
En todo caso, fuentes próximas al comisario han citado los cuatro puntos sobre los que girará esa reforma: la deuda pública, y no sólo el déficit, será más tenida en cuenta al evaluar la situación presupuestaria; el Pacto se aplicará con rigor a lo largo de todo el ciclo económico, y no sólo cuando el déficit sea excesivo, sino también en épocas de bonanza económica para evitar bajadas de impuestos infundadas y gastos excesivos; en situaciones de déficit excesivo, las reglas se aplicarán caso por caso y, de acuerdo con las circunstancias concretas (nivel de deuda, sostenimiento de las pensiones...), se fijarán diferentes objetivos y diversos límites temporales para lograr el equilibrio presupuestario; no sólo se considerará una circunstancia excepcional una recesión superior al 2%, sino también otras como un largo periodo de estancamiento.
Pero el principal objetivo que se fija Almunia en su documento sobre las finanzas públicas en la UE consiste en que la Comisión Europea no tenga sólo competencias claras a la hora de vigilar las políticas fiscales de los Estados, sino también a la hora de coordinar las políticas económicas de los Gobiernos. Se queja Almunia, por ejemplo, de que las Orientaciones Generales de Política Económica que elabora anualmente la Comisión y aprueba la UE "tienen una influencia limitada en los presupuestos nacionales".
Para mejorar esa coordinación, el comisario propone que la UE apruebe sus directrices, incluidos los programas nacionales de estabilidad, en el primer semestre del año, y que el segundo sea dedicado a la aplicación de esas normas al nivel nacional. Aunque el documento no hace referencia al respecto, Almunia plantea que, como ocurre con los incumplidores del Pacto, también se lancen advertencias, alertas y recomendaciones a los países que incumplan esas Orientaciones Generales, una opción que Bruselas ha utilizado en una sola ocasión, concretamente contra Irlanda en 2001.
Situación presupuestaria
El informe de Almunia, que hoy será aprobado por la Comisión, describe sobre todo la mala situación presupuestaria en la UE en general. En 2003, el déficit público en la zona euro y en la UE llegó al 2,7% del producto interior bruto (PIB). Once países registraron en 2003 déficit por encima del límite del 3% fijado en el Pacto. "Los déficit más significativos", destaca, "son los de Alemania y Francia". "Está claro que no hay motivos para la complacencia", se afirma en el documento.
Por el contrario, ocho países, entre ellos España, registraron superávit el año pasado. Aún así, en el caso español destaca "las incertidumbres" derivadas de las proyecciones sobre el gasto en pensiones para los próximos años.
El documento pone de relieve también las críticas que se hacen al Pacto porque, supuestamente, tiene una incidencia menor, y a veces incluso negativa, a la hora de impulsar el crecimiento por centrarse en disciplina presupuestaria. No opina eso Almunia, quien señala en el informe: "Sin los avances hacia la disciplina presupuestaria gracias, la economía europea habría tenido más problemas para crecer". Según una simulación recogida por los servicios técnicos del comisario, el déficit de la eurozona habría sido 0,9 puntos más elevado entre 1994 y 2003 si no hubiera existido el Pacto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.