El CNI elaboró cuatro notas informativas entre el 11-M y el 14-M

La comisión de investigación del 11-M cuenta para sus trabajos con dos notas informativas del Centro Nacional de Inteligencia que el Gobierno de José María Aznar, en funciones, acordó desclasificar en su reunión del 18 de marzo para reforzar su postura respecto a cómo gestionó la información tras el atentado contra los trenes de Madrid.

La primera nota, del mismo día del atentado a las 15.51, daba por "casi segura" la autoría de ETA con los datos que los servicios de información del CNI tenían en ese momento.

Entre esos datos no estaba el descubrimiento de una furgoneta junto a la estación de Alcalá de Henares que la policía había trasladado hasta sus dependencias de la calle de Canillas en Madrid. De esa furgoneta, según testigos presenciales, habían salido el día del atentado varias personas cargadas de mochilas.

En la nota desclasificada por el Gobierno se tachó un párrafo donde los servicios de inteligencia analizaban la reacción de Batasuna al conocer el atentado. Arnaldo Otegi, principal dirigente de la formación independentista, se desmarcaba de la matanza de los trenes y exculpaba del atentado a la banda terrorista ETA.

El ministro del Interior, tan sólo cinco horas después de cometido el atentado, calificó en una conferencia de prensa de "miserables" a quienes cuestionaran que ETA había sido la autora de la masacre en la capital de España.

La segunda nota de los servicios secretos desclasificada por el Gobierno correspondía al día siguiente, 12 de marzo, y analizaba una reivindicación del atentado remitida por un grupo islamista a un diario de Londres editado en árabe. Tras un análisis del texto de la nota, los expertos del CNI consideraban "dudosa" la reivindicación.

Además de estas dos notas que el Gobierno del PP decidió desclasificar cuando ya había perdido las elecciones del 14 de marzo, había otras dos informaciones del Centro Nacional de Inteligencia que se elaboraron entre el día del atentado y el día de las elecciones generales.

Uno de los trabajos de los servicios de inteligencia trataba sobre la reacción de los presos etarras a raíz de los atentados del 11-M.

El segundo informe analizaba la posibilidad de que la matanza de los trenes fuese el resultado de la colaboración entre ETA y algún grupo terrorista de origen islamista.

Los servicios secretos españoles descartaban esta posibilidad. El Gobierno también pidió a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias un informe sobre las relaciones que pudieran haber existido dentro de las cárceles españolas entre presos etarras y reclusos islamistas.

El informe preparado por Instituciones Penitenciarias recogía varias conversaciones que fueron investigadas, a petición de Interior, por los servicios de la policía y la Guardia Civil, que también descartaron que los atentados del 11-M hubieran podido ser planificados por presos etarras y reclusos vinculados al terrorismo de origen islamista.