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Reportaje:

Los niños de la calle

Jóvenes de institutos de Tarifa, Tánger y Tetuán analizan la pobreza y la marginación de los niños marroquíes

Tarifa celebró la pasada semana la primera muestra de cine africano, con la que los organizadores han querido acercar las realidades e inquietudes de ambas orillas del estrecho de Gibraltar a través de distintas filmaciones, mesas redondas, coloquios y exposiciones.

Una de las jornadas más interesantes fue la del pasado viernes, cuando un centenar de estudiantes marroquíes de los institutos Severo Ochoa de Tánger y Nuestra Señora del Pilar de Tetuán visitaron la muestra para intercambiar impresiones con otros cien niños de entre 13 y 17 años de los centros Almadraba y Baelo Claudia de Tarifa.

El tema central del debate fue el de "los niños de la calle". Un documental de Juan José Ponce, titulado Maldita calle, sirvió de base para que los adolescentes de uno y otro lado del Estrecho conociesen las condiciones de vida de niños que sobreviven en las calles de Tánger y Tetuán.

El documental, que fue filmado en febrero de 2003 y ha sido galardonado en varias ocasiones, sirvió para que los estudiantes españoles y marroquíes viesen con preocupación la situación de niños como Mustafita, uno de los protagonistas del documental que, con sólo ocho años, deambula a diario bebiendo alcohol por la medina de Tetuán.

"Es un hombrecito con cara de niño", así lo calificó el autor del documental, quien durante tres años cooperó con organizaciones no gubernamentales "para intentar recuperar la infancia de estos menores".

"Los jóvenes de aquí [España], creen que allí todos vivimos en subdesarrollo, pero eso no es así. No todos los niños de Marruecos, son niños de la calle", afirmó Hanza Achour, un estudiante del instituto Severo Ochoa de Tánger, tras la proyección del documental y el debate mantenido con los niños españoles.

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El joven estudiante marroquí felicitó a los organizadores del certamen de cine africano porque, a su juicio, la experiencia "sirve para acercar las culturas". Y es que, tal y como señaló Oumkeltoum Ouazzani, una joven marroquí de 16 años, compañera de clase del anterior, "los niños españoles no podían pensar que pueda haber gente viviendo así, a tan pocos kilómetros de distancia".

La joven estudiante tangerina llegó a apuntar tras la jornada vivida en Tarifa: "A partir de hoy, veremos a los niños de la calle de otra forma, con mayor preocupación, porque hasta ahora los habíamos visto de otra forma".

Durante varias horas, los jóvenes de ambas orillas del estrecho de Gibraltar se unieron en un mismo sentimiento a la hora de valorar la situación de miseria y orfandad cultural en la que conviven muchos menores en Marruecos. Todos llegaron a la conclusión de que "el mundo desarrollado debe mirar más hacia abajo, hacia el mundo árabe, porque existe incluso una gran desinformación".

Juan José Ponce, llegó a decir incluso: "Los jóvenes marroquíes están mucho más informados del estilo de vida de los españoles y europeos que lo que puedan estar los menores de este lado del Estrecho acerca de la cultura y la forma de vida de los árabes".

La primera muestra de cine africano de Tarifa se clausuró el domingo, después de haber abordado problemáticas, como la inmigración o la mujer a través de casi medio centenar de producciones de 18 países.

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