Competencia niega al sector lácteo el uso de un sistema de precios

La dirección general de Defensa de la Competencia ha emitido un informe por el que se rechaza la posibilidad planteada por la interprofesional del sector de la leche (Inlac), para establecer un mecanismo orientado a fijar unos precios de referencia en origen. Para este organismo, ello supondría poner en riesgo la competencia en el mercado sin que existan ventajas para los consumidores.

La interprofesional láctea ha respondido a Competencia que el objetivo no era fijar precios de cumplimiento obligatorio, sino simplemente establecer unas cotizaciones orientativas en cada periodo del año para que haya una mayor información y transparencia en el sector.

Los precios de la leche han constituido en los últimos años un motivo de enfrentamiento entre los ganaderos y las industrias lácteas ante la política de las empresas que, unilateralmente, provocan bajadas de precios en función de sus intereses en los meses de primavera, y subidas moderadas en otoño.

Orden en el mercado

Para poner un cierto orden en el sector, en el seno de la interprofesional láctea se redactó un documento por el que, entre otros puntos, se planteaba la elaboración de un índice de precios para la leche que en cada momento respondieran al interés de todas las partes. No se trataba de fijar precios mínimos, en cuando la aceptación de los mismos es algo voluntario para ganaderos y empresas. Sin embargo, suponía la posibilidad de tener unas cotizaciones de referencia. Esos precios orientativos se situaban en el entorno de los 0,30 euros por litro como media de las cotizaciones de los años precedentes. La interprofesional láctea, antes de poner en marcha este mecanismo, elevó su propuesta a la dirección general de Defensa de la Competencia para confirmar que el proyecto respetaba las reglas del libre mercado.

En su respuesta a los ganaderos e industriales, este organismo rechaza en primer lugar el modelo elegido por el sector español para la formación de los precios al no tener coincidencias con el mercado francés, donde se aplica en la actualidad.

Para Competencia, el nuevo sistema no aportaría una mayor transparencia a un mercado donde existe una gran opacidad, tanto en los precios como en los procesos para la formación de los mismos.

Se considera que el nuevo sistema no aportaría tampoco una estabilidad en las cotizaciones, sino que se orienta fundamentalmente a proteger los precios en origen sin que de ello se infieran mejoras que favorezcan la competitividad de los productores.