Pedagogía plomiza
EL CAMINO DE SANTIAGO. EL ORIGEN
Dirección: Jorge Algora. Intérpretes: Fernando Sánchez Dragó y Vicente Méndez. Género: documental histórico. España, 2004. Duración: 64 minutos.
Aunque, claro está, han pasado muchos años, y debe forzosamente notarse en algunas cosas. Por ejemplo, en la imbricación, tan forzada como absurda, entre una trama de ficción no ya mínima, sino simplemente decorativa, y una férrea estructura de documental con voz en off y personaje narrador que tiene los rasgos de Fernando Sánchez Dragó, que se da un auténtico atracón de cámara con su verbo, tan hiperbólico él, tan libresco. Por ejemplo, con una interpretación histórica un poco más rigurosa, que mezcla el camino cristiano con anteriores lugares de cultos esotéricos. Por ejemplo, en fin, una factura técnica mucho más correcta, en la que destaca por méritos propios una fotografía (cortesía de Suso Bello) que confiere al filme gran parte de sus, por otra parte, limitados encantos.
Anécdotas
Tiene El camino de Santiago. El origen una decidida voluntad pedagógica, salpicada de personajes y anécdotas, de Prisciliano al papel de la orden del Temple; de la historia del apóstol hasta la de la búsqueda del grial y su relación con O Cebreiro. Pero le hacen un flaco favor esos personajes tan patéticos como prescindibles, esos tres templarios que aparecen y desaparecen sin que hagan más que llenar los minutos que se requieren para que el asunto asuma su condición de documental de largometraje, ese sir Galahad de guardarropía, ese peregrino francés que pretende resumir en su vagabundear a todos los peregrinos de todos los tiempos.
Es una película tan fallida como oportunista, que es como decir que jamás la veríamos si no hubiera de por medio un año jacobeo en marcha... Flaco favor para tantos documentales interesantes que sólo encuentran el favor de la televisión.
Babelia
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