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Reportaje:

El peso de la factura energética

Cada dólar que sube el precio del barril de crudo aumenta en 200 millones el déficit de la balanza comercial

"Limitada y, en todo caso, muy inferior al de las anteriores crisis energéticas". Ésa es la repercusión que el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Pedro Mejía, estima va a tener el alza sostenida del precio del petróleo sobre la balanza comercial de España en 2004. Un impacto que las proyecciones realizadas por los responsables de este departamento estiman supondrá elevar el coste de la factura energética en torno a 1.700 millones de euros hasta superar los 20.800 millones, cifra equivalente al 2,6% del PIB.

El encarecimiento del crudo subirá este año el coste energético unos 1.700 millones de euros, hasta situarlo en 20.800 millones, el 2,6% del PIB
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Esta subida de los pagos energéticos será, en opinión de los responsables de Comercio, prácticamente el único efecto negativo que sufrirá el sector exterior de nuestra economía por el encarecimiento del barril de crudo, ya que apenas se esperan repercusiones en la competitividad o en el turismo. Esto siempre en el supuesto de que el consumo no se dispare y los precios se mantengan en 35 o 36 dólares por barril como los últimos dos meses. "Otra cosa muy distinta sería en el caso de que consideráramos subidas superiores que hoy no parece que puedan darse", aclara el secretario de Estado.

Los cálculos de los técnicos de la Secretaría de Estado estiman que cada dólar que sube el precio del barril de crudo aumenta aproximadamente en 200 millones el déficit de la balanza comercial, por lo que "de mantenerse el escenario previsible" el coste final de las compras de petróleo durante este año superaría ligeramente los 16.300 millones de euros, mientras que el crecimiento interanual de las importaciones oscilaría entre el 6% y el 7%, frente a un 4% o 5% en las exportaciones, y el saldo negativo final de nuestros intercambios comerciales sería un 21% superior al registrado en 2003, tres puntos por encima del acumulado hasta el primer trimestre.

En opinión de Pedro Mejía, el importante proceso de internacionalización que ha experimentado la economía española en las dos últimas décadas "ha sido determinante para amortiguar el impacto de las crisis del petróleo sobre el crecimiento de la economía española" y recuerda cómo "mientras en 1990 necesitábamos aproximadamente el 16% del total de nuestras exportaciones en términos reales para pagar nuestras importaciones energéticas, hoy en día solamente necesitamos el 8,5%".

Tampoco inquieta a los responsables de la Administración comercial el posible empeoramiento de la competitividad de las exportaciones españoles al trasladar las empresas a los precios el aumento de los costes energéticos. "Primero habrá que ver en qué medida este sobrecoste puede repercutirse en precios o, por el contrario, es absorbido directamente por los exportadores". A este respecto, los datos de la última Encuesta de Coyuntura de la Exportación reflejan ya que el 70% de las empresas exportadoras admite haber mantenido o reducido sus precios en el exterior durante el primer trimestre de este año, especialmente en los sectores de materias primas y automóvil, mientras que un 35% declara que sus márgenes de exportación están siendo inferiores a los que perciben en el mercado nacional.

Respecto al turismo, el secretario de Estado no oculta que "el incremento de los precios del petróleo tiene una traducción directa en los precios de los carburantes y, como consecuencia, está generando subidas en los precios del transporte". Sin embargo, este encarecimiento "se ve compensando por la creciente presencia de líneas aéreas de bajos coste que están introduciendo en el mercado unas posibilidades de desplazamiento a precios razonables que hace pocos años eran impensables".

Máxima eficiencia

Al margen del petróleo, el equipo de la Secretaría de Estado de Comercio está trabajando en la definición de lo que será el cambio tranquilo en las políticas comercial y de apoyo a la internacionalización de las empresas del Gobierno socialista. Unas líneas que, al menos en una primera etapa, mantienen una tendencia claramente continuista con las desarrolladas por los Gobiernos precedentes en prioridades, instrumentos y recursos y que también estará marcada por la austeridad presupuestaria.

En consecuencia, tampoco el mensaje de Pedro Mejía se diferencia mucho del de sus antecesores, cuando insiste en que "se trata de ser lo más eficientes posibles y hacer el mayor número de actividades con los escasos recursos disponibles", al tiempo que asegura que "cuando España transmite al exterior rigor económico, eso no deja de ser una magnífica labor de promoción".

Unas palabras que no dejan mucho margen para la actualización de los presupuestos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), el organismo del Estado encargado de la promoción de las exportaciones y, que según afirmaba el propio programa electoral del PSOE, "llevan cinco años congelados, en términos reales, y ha perdido capacidad de actuación directa".

Sí apunta el secretario de Estado que "estamos en un proceso de reflexión" respecto al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), para conseguir que este instrumento de apoyo a las exportaciones sea "útil, ágil, flexible y pueda cumplir con las necesidades de los Gobiernos demandantes, todo ello garantizando el máximo rigor en su tramitación". En todo caso confirma que "no está previsto, en principio, modificar el FAD, si bien es necesario revisar las orientaciones generales de la política de fomento comercial de la ayuda al desarrollo. Pero destaca que "existe un compromiso del Gobierno para incrementar la ayuda oficial a los países en desarrollo hasta el 0,5% del PIB".

Reformas instrumentales

El Fondo para Inversiones en el Exterior (Fiex), que gestiona la Compañía Española de Financiación del Desarrollo, es otro de los instrumentos que el Ejecutivo considera ha tenido unos resultados "razonablemente satisfactorios" por lo que "se están estudiando posibilidades de mejora, todavía por definir". Y, mientras se definen o no las reformas instrumentales, Pedro Mejía es rotundo al asegurar que "no existe plan alguno en estos momentos para privatizar Expansión Exterior", la empresa pública de comercio exterior, surgida de la fusión de Focoex y Sirecox, y que ha sido objeto de deseo por parte algunas entidades financieras.

Objetivo esencial del Gobierno será también recuperar los flujos de inversiones exteriores, que en los últimos años han sufrido un importante deterioro, aunque "será difícil recuperar las grandes cifras de la década de los noventa". Las grandes inversiones españolas, especialmente en América Latina, "han estado vinculadas a los grandes procesos de privatización, pero éstos ya han finalizado y, en consecuencia, se ha producido una desaceleración inversora, no sólo en España sino a nivel mundial".

La estrategia se dirige ahora a superar la que es considerada como la gran asignatura pendiente de la internacionalización española, la incorporación al mercado exterior de las pequeñas y medianas empresas. A este respecto, el nuevo equipo de la Secretaría de Estado de Comercio insistirá en potenciar los programas de formación y de asistencia "para que las pymes puedan dar el paso a la exportación, primero, y decidirse a producir en el exterior después". Una salida que Pedro Mejía considera es la "mejor respuesta" a los desafíos que hoy impone la economía global y que los empresarios están obligados a asumir porque, asegura, "para la mayor parte de los sectores industriales la internacionalización supone la única oportunidad de supervivencia".

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