Cáritas atendió a más de 32.500 personas en Euskadi en 2003
La entidad constata rechazo social a alquilar pisos a inmigrantes
Cáritas atendió el pasado año a más de 32.500 personas en situación de pobreza en el País Vasco. La falta de recursos afecta tanto a ciudadanos nacidos o residentes desde hace años en Euskadi como a inmigrantes que llevan menos tiempo instalados. La entidad está preocupada por el rechazo social a alquilar viviendas a determinados colectivos de extranjeros, al tiempo que pide que se facilite su empadronamiento.
Cáritas de Guipúzcoa, que ayer presentó su balance del pasado ejercicio, ayudó a lo largo de 2003 a un total de 18.000 personas. De ellas, 3.000 eran de origen extranjero y fueron atendidas en el centro de acogida de inmigrantes Laguntza-Etxea, abierto en San Sebastián a finales de 2002.
La ONG guipuzcoana, que cuenta con medio centenar de trabajadores en plantilla y unos mil voluntarios, recibió y distribuyó tres millones de euros, destinados a ayudas económicas y sociolaborales. El 70% del dinero provenía de particulares; el resto salió de las arcas de las instituciones.
El delegado episcopal de Cáritas de Guipúzcoa, Joserra Trebiño, destacó las nuevas situaciones de pobreza y exclusión social que está constatando la organización, básicamente casos de mujeres solas, parados de larga duración, enfermos mentales sin vínculos familiares, personas sin hogar e inmigrantes.
Trebiño hizo hincapié en las dificultades de estas personas para acceder a una vivienda, "tan importante para el arraigo". En este sentido, expresó su preocupación por la disminución de pisos de alquiler y pensiones que pueden acoger a las personas más pobres, así como por la reducción de las Ayudas de Emergencia Social.
Flexibilidad municipal
El delegado episcopal subrayó además el creciente rechazo social a alquilar pisos a determinados colectivos de inmigrantes y las dificultades que encuentran estas personas para empadronarse, pues algunos municipios, que no quiso concretar, manejan esta cuestión de manera restrictiva. Por ello, solicitó a los ayuntamientos una mayor flexibilidad en este trámite, fundamental, por ejemplo, para obtener la tarjeta sanitaria.
La inquietud por esta realidad es compartida por Cáritas de Vizcaya, que en 2003 atendió a 10.469 ciudadanos, casi el doble que hace cuatro años. El 47% de las personas que pidió ayuda era inmigrante y, el resto, residía en Vizcaya. De estas últimas, ocho de cada diez procedían del Gran Bilbao o la Margen Izquierda. En la mayoría de los casos era una mujer de entre 25 y 39 años, sin estudios o con estudios primarios.
La organización vizcaína, en la que colaboran más de 2.000 voluntarios, tuvo que recurrir el pasado año a los préstamos, ya que su presupuesto de 6,7 millones de euros no cubrió los 7,3 millones que costó su labor asistencial.
Cáritas de Álava asistió durante el año pasado a 4.110 ciudadanos y gastó algo más de 1,7 millones de euros. En este territorio aumenta el porcentaje de personas de entre 25 y 40 años atendidas que no tienen trabajo, que ha pasado del 46,3% hace dos años al 52,5% en 2003. Tres de cada diez carecía de permiso de trabajo.
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