Los soldados recibieron órdenes de usar perros contra los presos de Irak
La inteligencia militar dio el visto bueno
Los servicios de inteligencia militar autorizaron el uso de perros sin bozal para atemorizar a los detenidos en la prisión iraquí de Abu Ghraib durante los interrogatorios, un plan que fue autorizado por el oficial de inteligencia militar de más alto rango, según los testimonios bajo juramento de dos soldados encargados del manejo de los perros. Un interrogador dijo a los investigadores que los dos soldados encargados del manejo de los perros en Abu Ghraib "tenían una especie de concurso" para ver a cuántos detenidos "podían hacer que se orinaran de miedo ante los perros".
Estas declaraciones juradas suponen la prueba de que los mandos de la inteligencia militar estadounidense estuvieron plenamente implicados en estas técnicas, que posteriormente fueron calificadas por un general del Ejército como "abusos criminales, sádicos, descarados y gratuitos".
Tanto el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, como el Pentágono han insistido en que los abusos detectados en Abu Ghraib fueron obra de un pequeño grupo de soldados de la policía militar que obligaron a desnudarse a los prisioneros, les golpearon y les fotografiaron en posturas sexuales humillantes.
Una investigación del Ejército sobre estos abusos ha condenado a estos miembros de la policía militar por los hechos, pero también ha clasificado el uso de perros sin bozal para atemorizar a los prisioneros como "abusos intencionados". Hasta el momento, los únicos cargos que se han efectuado han sido contra siete policías militares y en ninguno de los incidentes se incluye el uso de perros, a pesar de que semejante uso está prohibido por la Convención de Ginebra y el manual de campo del Ejército.
Según los dos declarantes, los sargentos Michael Smith y Santos Cardona, el oficial de mayor grado de los servicios de inteligencia presentes en Abu Ghraib, el coronel Thomas Papas, les aseguró que la utilización de perros en los interrogatorios había sido aprobada por los mandos superiores, e incluso indicó a los cuidadores que el uso de perros sin bozal para intimidar a los prisioneros había sido aprobado por un general que había dado su "OK" a esta práctica.
Los documentos obtenidos indican que hubo dos categorías de abusos: la humillación sexual y palizas a manos de los soldados de la policía militar y la intimidación con el uso de perros. "El abuso sexual ocurrió semanas e incluso meses antes que los incidentes con los perros, algunos de los cuales parecen haber sido parte de una estrategia organizada por la inteligencia militar para asustar a los detenidos y forzarlos a hablar".
Smith y Cardona, encargados del manejo y adiestramiento de los perros en la cárcel de Abu Ghraib, aseguraron a los investigadores que el personal de la inteligencia militar les pidió en múltiples ocasiones que llevasen a los perros al lugar donde se estaban efectuando interrogatorios a los detenidos durante el mes de diciembre y enero pasado.
A mediados de diciembre, ambos cuidadores de perros fueron requeridos por el sargento Ivan Chip Frederick para ayudar con un detenido que no cooperaba en el interrogatorio. Parte de lo que siguió entonces ha pasado a la historia y fue capturado en las fotografías como un prisionero desnudo contra un muro mientras dos perros le acorralaban.
El detenido, identificado en la investigación como Ballendia Sadawi Mohamed, relató que le sacaron de la cama y le pusieron desnudo en el pasillo. "Me echaron los perros encima. Estaba asustado", aseguró Mohamed a los investigadores. "El primer perro me mordió en la pierna y me hirió. El mordisco me causó una herida profunda a consecuencia de la cual perdí mucha sangre", declaró Mohamed a los investigadores.
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