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Barcelona recupera el castillo de Montjuïc

Rodríguez Zapatero se comprometió ayer a cederlo a la ciudad para dedicarlo a museo de la paz

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer en Barcelona a ceder a la ciudad el castillo de Montjuïc -un símbolo de la represión en Cataluña- para instalar en él un museo de la paz en lugar del polémico Museo Militar actual. Zapatero, ovacionado por las más de 17.000 personas que lo escuchaban en el Palau Sant Jordi en el acto electoral del PSC, dijo que de esta forma se harán realidad las últimas voluntades de "paz, justicia y amor" expresadas por el presidente de la Generalitat Lluís Companys en su testamento, palabras que quedarán reflejadas en una placa en el museo. Barcelona llevaba años reivindicando la cesión del castillo y ahora podrá culminar la acariciada recuperación de la montaña de Montjuïc.

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En su última visita al Palau Sant Jordi, en la campaña autonómica que llevó a Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat, Rodríguez Zapatero prometió solemnemente respetar en el Congreso la propuesta de reforma de Estatut que se apruebe por consenso en el Parlament. Ayer no hizo grandes referencias a aquella promesa -se limitó a recordar que las cumplirá todas-, pero sorprendió con otro gesto de gran valor simbólico: se comprometió a ceder a la ciudad el castillo de Montjuïc, uno de los principales símbolos de la represión en Cataluña, el lugar donde estuvo preso y fue fusilado, entre otros, el presidente de la Generalitat republicana Lluís Companys.

Rodríguez Zapatero recordó que desde el castillo de Montjuïc se llegó a bombardear hasta tres veces la ciudad y se refirió a la experiencia de Companys, a quien se "condujo preso" al castillo y se "ejecutó" en las fosas. El Ejecutivo, por boca del ministro de Defensa, José Bono, anunció recientemente que tenía voluntad de honrar la memoria del único presidente elegido democráticamente en Europa ejecutado por el fascismo. Rodríguez Zapatero explicó que en los últimos días ha leído su testamento, del que citó unos párrafos: recordó que el presidente de la Generalitat republicana "perdonó a los que le agraviaron, pidió perdón a quien agravió" y dijo que "moría serenamente". "El testamento acababa" deseando "paz, justicia y amor".

El símbolo de la represión será pronto todo lo contrario: "Os hago un anuncio y una promesa: mi Gobierno entregará a la ciudad el castillo de Montjuïc para hacer de él un monumento y un gran museo europeo de la paz" que, auguró, va a ser "una referencia de la España y la Europa democrática". Rodríguez Zapatero explicó que José Bono y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, ya han acordado la operación. Eran éstas las "buenas noticias para Barcelona" que el ministro de Defensa anunció tras entrevistarse el miércoles con Clos en Madrid.

La negociación entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Defensa a propósito de la fortaleza de Montjuïc, lo que incluye el recinto del castillo y el museo, ha sido tan compleja como infructuosa. El patronato -en el que están representantes del Ejército y del Ayuntamiento- llevaba años debatiendo sobre el futuro y la adecuación de las instalaciones.La solución a uno de los problemas del castillo era tan elemental como facilitar la entrada libre a la plaza fortificada de su interior, que no estaba permitida si no era previo pago para visitar las instalaciones. El consistorio pretendía, además, modificar la imagen que ofrece el interior del castillo -en el que durante años predominó la simbología franquista- y acondicionarlo como museo o centro de interpretación de la historia de la ciudad. Todo eso ha estado sobre la mesa negociadora durante años sin llegar a ninguna conclusión.

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El alcalde de Barcelona, Joan Clos, acogió con "gran satisfacción" y como una "gran noticia" el traspaso del castillo de Montjuïc, "un símbolo para la ciudad" porque desde él fue bombardeada la ciudad en el pasado y por ser el lugar en que se fusiló a Lluís Companys, presidente de la Generalitat republicana.

El pleno del consistorio barcelonés, salvo los concejales del PP, pidió la cesión plena del castillo en diciembre de 2002. El Estado cedió al Ayuntamiento de Barcelona la propiedad del castillo en 1960, pero introdujo una cláusula según la cual debía dedicarse a museo militar y se desarrolló un reglamento.La ciudad siempre ha querido acabar con la imagen de la fortaleza militar por cuanto recordaba los bombardeos que sufrió Barcelona y los fusilamientos de la Guerra Civil. Y quería hacerlo integrando todo el espacio de ese recinto en el plan director de la montaña, un proyecto que se está desarrollando por fases y con el que se pretende hacer un corredor de jardines y espacios verdes precisamente de la cima, una de las zonas peor conectadas. Algunas de las intervenciones ya se han realizado, como el camino del mar, que rodea el foso por el lado del puerto, y la permeabilización de la muralla. Con todo, falta la parte más importante y costosa, para la que además se requería el visto bueno del patronato o que el uso fuera plenamente para la ciudad. Se trata de un edificio puente que sobrevuela la muralla y se asoma al mar.

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