El regalo de Griñán

La mitad del Gobierno andaluz -siete consejeros- asistió ayer en la sede del Ministerio de Administraciones Públicas a la firma del acuerdo en Comisión Mixta de Transferencias de la liquidación de la deuda generada por el anterior sistema de financiación (1997-2001) durante los gobiernos del Partido Popular. Una cita que probablemente volverá a producirse en los próximos meses ya que en el acuerdo final no aparece la cesión anunciada de los traspasos de la gestión de los ríos intracomunitarios Odiel, Tinto, Piedras, Guadalete y Barbate, dependientes de las cuencas del Guadalquivir y Guadiana, y que ha quedado pendiente una vez que se resuelva el deslinde de funcionarios.

Durante dos legislaturas los Gobiernos central y autonómico, gobernados por el PP y PSOE, respectivamente, mantuvieron vivo un conflicto político a cara de perro basado en los números y en los datos técnicos que facilitaba el equipo que pilotaba en la Consejería de Economía y Hacienda, Magdalena Álvarez.

La deuda del Estado con Andalucía por el sistema de financiación se basaba en unas reglas de evolución, en un censo de población no reconocido y en una ensalada de siglas -pie, itae, fci, fsf- que Álvarez adjuntaba siempre con una cifra y que en el lenguaje político se traducía con frases del tipo: "Veo, veo. ¿qué ves? 400.000 andaluces que Aznar y Arenas no ven". También figuraba en el vocabulario la nada retórica expresión: "Nos están robando".

La ahora ministra de Fomento asistió ayer a la firma pero en representación de la Administración del Estado y su sucesor en la consejería, José Antonio Griñán, se sintió deudor del peso de Álvarez en este largo contencioso de casi ocho años. "Antes que nada quiero regalarle la pluma con la que se ha firmado el acuerdo a Magdalena Álvarez", dijo Griñán.

Cintas con ruidos

Parte del equipo de la ex consejera estuvo en el acto: el hoy presidente de Renfe y ex viceconsejero y ex consejero de Economía, José Salgueiro, que obsequió con mecheros de su empresa; o el viceconsejero de la Presidencia y ex secretario general de Economía, Juan Antonio Cortecero, protagonistas de una fenomenal bronca ocurrida en el mismo órgano en enero de 1997, cuando Álvarez pidió al entonces ministro de Administraciones Públicas y hoy líder del PP, Mariano Rajoy, que no fumara puros, y la Junta reclamase por vía judicial las cintas de la grabación de esa cita en la que, según los socialistas, se demostraría que "Aznar ha dado la espalda al sur" y se había "despreciado a la representación autonómica de los andaluces". Cintas que el Ministerio de Administraciones Pública ha entregado a los jueces pero en las que, según la versión de un miembro del Gobierno, sólo se oyen grrrar, rrirrrr y fufff.

Los más de 30 de asientos de la larga mesa donde se celebró la reunión fueron insuficientes para tantos andaluces que asistieron. Además de los consejeros de la Presidencia (Gaspar Zarrías); Economía y Hacienda (José Antonio Griñán); Justicia y Administración Pública (María José López); Salud (María Jesús Montero); Medio Ambiente (Fuensanta Coves); Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo; y Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña, acudieron el ex consejero de Gobernación Alfonso Perales -quien se encuentra a la espera de destino en el próximo congreso federal del PSOE-, el ex consejero de Obras Públicas Juan López Martos y el delegado del Gobierno en Andalucía, Jósé Antonio Viera, y altos cargos de la Administración autonómica.

La mayoría de los consejeros brindaron por el acuerdo de la liquidación en un bar del Paseo de la Castellana con tinto de verano, cerveza y agua con y sin gas.