Apología de la anorexia
Cierran 30 'webs' que defendían los trastornos alimentarios como "estilos de vida"
Cuando una joven se hace amiga por Internet de Ana o Mia no es que sea muy sociable. Puede estar en peligro de caer en la anorexia (personalizada en Ana) o la bulimia (Mia). Hasta hace poco, estos trastornos alimentarios se vivían en soledad. Pero la red le ha añadido peligro. Algunas de las enfermas (el 95% son chicas) usan Internet para propagar la teoría de que las enfermas forman una comunidad que comparte "un estilo de vida", lo que aumenta su riesgo y dificulta aún más la recuperación (un 10% fallece y un 30% no se cura del todo nunca).
En los últimos meses, la ONG Protégeles, dedicada a perseguir crímenes contra niños en Internet, y el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, han conseguido cerrar más de 30 de estas páginas españolas. "Alguna tenía hasta 800 socias, y recibían cientos de visitas diarias", explicó ayer el presidente de Protégeles, Guillermo Cánovas. Para ello han contado con el apoyo de los principales proveedores de servicios en Internet (Terra, Microsoft, Yahoo, Wanadoo). Un 78% de quienes las consultaban eran menores de edad. El 10% tenía menos de 14 años.
Las jóvenes aprenden trucos para adelgazar y engañar a padres y médicos
Las sospechas comenzaron cuando médicos de distintos hospitales detectaron que muchas jóvenes con síntomas de trastorno alimentario "conocían mecanismos muy acelerados para perder masa corporal y engañar a médicos y padres", explicó Cánovas.
Aunque en las webs se afirma que pretenden aconsejar para que se pueda ser ana o mia sin peligro -como se puede consumir cocaína sin ser drogadicto, argumenta una-, las recomendaciones que dan son un atentado contra la salud de quienes las consultan.
Lo peor es que "fomentan el sentido de pertenecer a un grupo", dijo Cánovas. En las páginas comparten fotos de sus ídolos (modelos, actrices), canciones, experiencias y consejos. Entre ellos, dietas, medicamentos -algunos ilegales-, y trucos -la mayoría sin demostración científica o directamente peligrosos para su salud- para quemar calorías, para disimular ante la familia que no se come o para superar la ansiedad y los retortijones del hambre. Algunas jóvenes se retan a ver quién adelgaza más en un periodo, o aconsejan hacerse daño porque sostienen, sin fundamento, que el dolor "ayuda a quemar grasas".
Un problema al que se enfrentan las autoridades es que esas webs no son ilegales, como las de pornografía infantil, y muchas no están en servidores españoles. Núñez Morgades dijo que va a proponer al ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, que estudie cómo pueden perseguirse.
Pero no todas las 14.500 webs pro-ana que existen son negativas. Hay algunas, como una de Protégeles, que lo que intentan es atraer a las jóvenes para explicarles el peligro que corren. Mientras tanto, desde la ONG aconsejan a los padres que tutelen el uso de Internet de sus hijos, les ayuden a establecer una lista de direcciones seguras (los llamados favoritos) y controlen el registro (el historial) de donde entran.
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