Un grupo de investigadores españoles identifica un gen que predispone a la anorexia y la bulimia
Los factores genéticos tienen un peso del 40% en la aparición de estos trastornos, según el estudio
Investigadores del Centro de Regulación Genómica del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, en colaboración con el servicio de psiquiatría del hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), han identificado una variante de un gen asociado a los trastornos alimenticios. Este descubrimiento, publicado en la revista científica Human Molecular Genetics, confirma, por primera vez, la existencia de factores genéticos implicados en la aparición de la anorexia y la bulimia.
La anorexia y la bulimia son enfermedades que se caracterizan por alteraciones en la conducta alimentaria, la regulación del peso corporal y la percepción de la imagen. Este tipo de trastornos, que afectan a entre el 1 y el 3% de la población, tienen un componente psicológico y sociocultural pero, según los promotores de la investigación, hay factores genéticos que predisponen y que hacen que existan individuos genéticamente susceptibles a desarrollar esta enfermedad bajo condiciones ambientales determinadas.
El estudio genético, coordinado por el doctor Xavier Estivill y realizado a partir del estudio de 1.142 pacientes con trastornos de la conducta alimenticia y familiares que no desarrollaron estas enfermedades, muestra que hay alteraciones del gen Brain-derived Neurotrophic Factor (BDNF), que está implicado en la conexión neuronal, que predisponen al desarrollo de la anorexia y la bulimia. Uno de los responsables del estudio en España y psiquiatra del Hospital de Bellvitge, Fernando Fernández-Aranda, ha explicado que el trabajo ha demostrado que "el peso de los factores genéticos en la aparición de estas enfermedades es del 40%", algo que "hasta el momento se desconocía".
Un gen implicado en las conexiones neuronales
El gen que se ha analizado en este trabajo, el BDNF, "se conoce desde hace mucho tiempo" y "hasta el momento se sabía que estaba implicado en las conexiones neuronales", ha indicado por su parte el otro autor del estudio y científico del Centro de Regulación Genómica, Xavier Estivill. "Nuestra hipótesis de trabajo fue que dicho gen podía asociarse a la suceptibilidad de padecer anorexia y bulimia" porque "con estudios anteriores realizados con ratones se comprobó que los animales a los que se les eliminó este gen sufrían obesidad mórbida", ha añadido.
Para este científico, este descubrimiento "abre la puerta" a ampliar los conocimientos sobre otros genes que también pueden predisponer a estas enfermedades y "en el futuro poder ensayar fármacos para ayudar a prevenir estos trastornos". No obstante, Fernández-Aranda ha subrayado que "los factores ambientales como la presión social o características de la personalidad como un exceso de perfeccionismo" también "juegan a favor de la aparición de estos trastornos alimentarios". Según este especialista, seguir ciertas conductas alimentarias como "comer de forma irregular y saltarse el desayuno o seguir dietas muy estrictas en edades muy tempranas" también es un aspecto que puede propiciar estas enfermedades.
El proyecto de investigación lo ha financiado la Unión Europea (UE), el Ministerio de Sanidad y Genoma España, una fundación de ámbito estatal que tiene por objetivo fomentar la investigación del genoma y el desarrollo de la biotecnología en España, impulsada por los Ministerios de Sanidad y Consumo y Educación y Ciencia. En esta investigación también han participado cinco centros europeos -de Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, Austria, Eslovenia y Finlandia- que han aportado, en conjunto, el mayor número de casos de anorexia y bulimia que se han estudiado hasta ahora.
Las "conductas de riesgo"
La presidenta de la Asociación para la Defensa de Afectados por Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER), Mari Carmen González, se ha felicitado de la confirmación del origen genético de estos trastornos. Sin embargo, González ha subrayado la necesidad de que no se subestimen las conductas de riesgo que actúan como desencadentantes: "Las dietas, la sociedad de consumo y las imágenes que promocionan la extrema delgadez". "Ya se sospechaba que tenían un origen genético porque los afectados suelen tener antecedentes familiares. Pero tener predisposición no significa estar condenado a padecerlas", ha añadido.
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