Bush pide a Europa que apoye el crecimiento mundial

El precio del petróleo, la inminente subida de los tipos de interés en Estados Unidos y la incertidumbre geopolítica que genera la inestabilidad en Oriente Próximo son los principales "riesgos potenciales" que se le presentan a la economía mundial y que serán analizados hoy en Sea Island por los líderes de los ocho países más industrializados del planeta (G 8). Pero Washington añade uno más: la "raquítica" tasa de crecimiento de la zona euro, como la calificó recientemente el secretario del Tesoro estadounidense, John Snow.

EE UU, que ejerce de anfitrión, insiste en que no puede tirar solo del crecimiento mundial. "Es crucial que otros países, además de EE UU, adopten medidas para estimular el crecimiento y la creación de empleo en sus economías", afirma un alto cargo del Departamento del Tesoro. El toque de atención va dirigido en especial a los países que integran la unión monetaria en la UE. "La excepción en la recuperación económica global es la zona euro", advirtió. Por eso, el presidente George Bush pedirá a los representantes de la UE que sean más ambiciosos al acometer reformas estructurales.

Recuperación de Japón

La diferencia en las tasas de crecimiento entre EE UU y la zona euro son evidentes, según las previsiones que maneja la Casa Blanca, del 4,6% y del 1,7% respectivamente para este año. Bush no tratará de la misma manera al primer ministro japonés, Junikiro Koizumi, al que "felicitará" por la recuperación de su economía, que este año crecerá un 3,1% tras varios años de crisis profunda. Pero la expansión de EE UU se ha hecho a costa de degradar seriamente sus finanzas públicas. "Eso no lo aconsejaremos a los europeos".

El G-8 insistirá en que se debe aprovechar la expansión actual para eliminar los desequilibrios fiscales actuales. "No se puede perder esta oportunidad estratégica", insisten desde la Administración Bush. Además, los líderes del G-8 debatirán sobre cómo reducir las barreras comerciales para reforzar el crecimiento actual y apoyar a las economías en desarrollo. Sobre la amenaza del precio del petróleo, se insiste en que se debe garantizar un suministro de energía "adecuado" y a un "precio razonable" para asegurar la "prosperidad".

El G-8 también mantendrá una discusión para involucrar al sector privado en la reducción de la pobreza. Entre las iniciativas que hay sobre la mesa está la de que se faciliten las transferencias de fondos de los inmigrantes a sus países de origen, que ascienden a 150.000 millones de dólares al año.