Ocho comisarías concentran el absentismo en la Ertzaintza
Acumulan un tercio del millón de horas perdidas por bajas en 2003
Ocho de las 25 comisarías que tiene actualmente abiertas la Ertzaintza concentran un tercio de las 1.180.531 horas que se perdieron en la policía vasca el año pasado por absentismo laboral. Las ocho comisarías tienen una tasa de absentismo superior al 18,2%, encabezando la lista la de Balmaseda, con un 22,7%. Los máximos responsables del Departamento de Interior siguen atribuyendo la causa de este "problema", tal y como lo calificó el consejero, Javier Balza, en el Parlamento vasco, al comportamiento de "los bajistas profesionales" en la Policía autonómica.
La media en la Ertzaintza de la tasa de absentismo supera el 10% y, pese a los programas puestos en marcha por el Departamento de Interior para paliar la incidencia de las bajas por motivos psicológicos, el problema no declina si se atiende a los datos oficiales. Los responsables de Interior siguen responsabilizando de la mayor parte del problema a un colectivo de "bajistas profesionales" que, según ellos, está "perfectamente localizado". Lo contraponen al otro colectivo, "el de los ertzainas que trabajan todos los días como los que más".
Las ocho comisarías que superan la tasa de absentismo del 18,2% son Sestao (61.166 horas perdidas y una tasa de absentismo del 18,22%), Durango (51.400, 18,41%), Gernika (45.584, 19,68%), Muskiz (54.997, 20,43%), Getxo (56.823, 20,79%), Eibar (42.948, 21,75%), Azkoitia (34.107, 22,3%) y, finalmente, Balmaseda, que perdió el año pasado 33.656 horas y arrojó una tasa de absentismo del 22,7%. En total, estas comisarías sumaron durante el pasado año 380.684 horas perdidas por absentismo laboral, un problema que, lejos de reducirse, ha alcanzado máximos históricos en los tres últimos años.
El resto de unidades que superaron en 2003 la media de absentismo en la policía vasca son: las de Inspección (la disciplinaria) de Vizcaya (11,2%) y Guipúzcoa (11,81%), las unidades de Juego y Espectáculos de Álava (11,05) y de Guipúzcoa (13,37%), la Unidad central de Juego y Espectáculos (12,97%), la Unidad de Servicio Central (14,49%), la Unidad Canina (14,38%), la Unidad de Intervención (10,95%), la Unidad de Seguridad (16,74%), la Brigada Móvil (17,47%), Desactivación de Explosivos (11,04%) los centros de mando y control de Vizcaya (13,61%), Álava (14,12%) y Guipúzcoa (14,73%), y las unidades de Tráfico de Vizcaya (15,5%), Álava (13,57%) y Guipúzcoa (13,13%).
Según la información aportada por Balza en sendas respuestas parlamentarias (el 16 de marzo y del 14 de mayo) al portavoz popular en la Comisión de Interior, Santiago Abascal, el pasado año sólo dos unidades tuvieron un absentismo cero: Planificación y Soporte Operativo y la Unidad de Inspección e Investigación. Precisamente fue la Unidad de Inspección General, que dirige Gervasio Gabirondo, la que aprecia en octubre de 2002 -cuando la Ertzaintza había alcanzado su máximo histórico de absentismo- "un fuerte incremento en el porcentaje de expedientes disciplinarios relacionados con la bajas fraudulentas y con el régimen de incompatibilidades". Según la unidad disciplinaria, ambos tipos de infracciones, "que en muchas ocasiones está relacionadas entre sí", causaban en esas fechas la apertura de casi el 25% de las aperturas de expedientes disciplinarios.Los máximos responsables Interior siguen pensando que el perfil del absentista en la Ertzaintza es el del "bajista profesional". La primera vez que tuvo que acudir al Parlamento por este asunto, el 29 de noviembre de 2002, Balza dijo que esos "bajistas" perjudican con su actitud a todos sus compañeros. Ni siquiera la amenaza de expulsión para aquellos ertzainas que finjan dolencias, que el máximo responsable de asuntos internos incluyó en aquel escrito, fechado en octubre de 2002, ha servido para neutralizar las bajas. Y cada vez son más los que, desde las centrales sindicales, exigen un plan integral para atajar una realidad que ha obligado ya al consejero Balza a tener que comparecer en el Parlamento en una ocasión y a responder a numerosas preguntas escritas formuladas por el PP. Los sindicatos criticaron duramente las palabras de Gabirondo y Erne pidió directamente su dimisión por "instaurar más presión a un colectivo que entierra a sus compañeros por tiros en la nuca".
Las medidas de Interior para controlar las bajas por motivos psicológicos, fundamentalmente originadas por la tensión que supone a los ertzainas ser objetivo prioritario de ETA, tampoco han tenido toda la efectividad prevista. Aunque en los datos de Interior no aparece el volumen de bajas por ansiedad, depresión o estrés de los dos últimos años, para cuando Interior admitió estar ante "un problema" los niveles de partida eran muy elevados. Desde 2001 hasta finales de 2002 subieron un 12% y representaron en el tercer trimestre de 2002 el 8,2% del total de bajas por enfermedad. Interior critica la "anormalidad absoluta" de que los médicos acaben dando sin problema bajas a los agentes, como "ocurrió" en la última jornada de la salud -en realidad, una huelga encubierta el día de votación de las municipales- organizada por los sindicatos, en uno de los momentos de máximo enfrentamiento con Interior.
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