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Reportaje:

El juego de las damas

Las prostitutas de Málaga se organizan en un polígono industrial a las afueras de la ciudad por razas y nacionalidades

Es muy raro verlas trabajar en el centro. Las prostitutas de Málaga se han trasladado al polígono industrial del Guadalhorce donde se ordenan según su procedencia. La imagen ha hecho que llamen a la zona las damas, como el juego. A un lado las blancas, y al otro las negras.

Cada martes, a eso de las nueve de la noche, la caravana de Médicos del Mundo visita la zona industrial de la ciudad. En ella viajan Begoña, asistente social; Eugenio, enfermero, y José, voluntario. Reparten condones, hacen análisis de sangre y dispensan vacunas contra la hepatitis o el tétanos.

Todavía hay sol y auguran calor. Se paran a comprar agua en una gasolinera. Hacen la primera parada en la calle Hemingway, en la esquina donde trabajan las prostitutas españolas. Abren la puerta y suben las primeras clientas. Con toda naturalidad y llamando a cada uno por su nombre, preguntan por qué no vinieron la semana pasada. "Se nos estropeó la caravana", cuentan. "Pues os echamos de menos". Begoña les reparte pequeñas bolsas con condones y lubricante.

La mayoría de las españolas -no llegan a la media docena- superan los 50 años. Paqui se sienta un rato. Está tranquila. Todavía es temprano y no hay muchos clientes. "Mi amigo de ahora tiene una denuncia por violación, y está muy nervioso por el juicio", explica. "¡Yo no quiero otro preso!". En los últimos años, el proxeneta de las prostitutas españolas se ha convertido en un compañero sentimental, o un amigo que, a la antigua usanza, se beneficia de sus ingresos. Paqui sigue con sus preocupaciones. La noche anterior, en el centro, hubo una pelea. "Un cliente que estaba borracho se puso como loco porque le habían robado 100 euros y el móvil. Dijo que había sido la Indara... y la Indara no roba", cuenta Paqui. "Seguro que ha sido la Cordobesa, esa sí que está enganchada".

Médicos del Mundo es la única asociación de Málaga que trabaja a pie de calle con prostitutas. Atienden una media de 90 mujeres en cada visita al polígono. En lo que va de año han ayudado a 1.077 personas. Durante la semana recorren la provincia. Visitan clubes de alterne en Torremolinos, Cártama o Pizarra, entre otros. La financiación les llega de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento, institución con la que no están del todo satisfechos. "Hemos cortado el trabajo con los políticos", cuenta Begoña, "y eso que esta caravana nos la repuso el Ayuntamiento cuando la quemaron hace dos años". Se quejan de que les hicieron embarcarse en un programa de sensibilización hace apenas un año y que siguen pendientes de una cita desde septiembre de 2003. Mariví Romero, concejal de Servicios Sociales, asegura que representantes de Médicos del Mundo han estado presentes en los grupos de trabajo organizados por el Ayuntamiento y que en ningún momento ha peligrado la colaboración con ellos.

La segunda parada, cuando casi son las 10, es en el arcén de una carretera. Primero visitan las casillas búlgaras y después las rumanas. Casi todas hablan español. "Aprenden viendo telenovelas", dice Eugenio. Simona -sujetador negro y pantalón que muestra parte de sus nalgas- se niega a que Eugenio le ponga la vacuna en el trasero. Tiene 20 años, la edad media de sus compañeras.

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Casi todas están vigiladas. "Les explicamos que si denuncian que han venido engañadas por mafias la Ley de Extranjería debe protegerlas y ayudarlas a regularizar su situación, pero casi ninguna se atreve". El año pasado sólo una lo hizo.

El IAM tiene nueve centros de acogida para extranjeras

El Instituto Andaluz de la Mujer tiene en Andalucía nueve centros de acogida para extranjeras que ejercen la prostitución. En Málaga lo abrieron hace dos años con la colaboración de la Brigada de Extranjería y la Cruz Roja. El año pasado atendieron tan sólo a 12 mujeres. "Hemos decidido suprimir el filtro de la Brigada de Extranjería porque muchas mujeres tenían miedo a la repatriación y no utilizaban el servicio", explica Trinidad Lambea, coordinadora del IAM en Málaga, que ha contactado con otras asociaciones para hacer más efectivo el servicio de acogida.

Dos hileras de naves industriales protegen la zona latinoamericana. Hay pocas mujeres. Casi todas trabajan en clubes. Según el Defensor del Pueblo, en la provincia de Málaga hay más de 130 locales del alterne. Lourdes, ecuatoriana de 29 años, es una de las pocas que trabaja en la calle. Se acerca con una amplia sonrisa. Uno de los principales problemas de las inmigrantes es el desarraigo, explican. "Vienen a trabajar con dinero ahorrado por toda la familia y tienen que mantenerlos en la distancia.

Las damas negras ganan a las blancas. Se colocan en la calle Hermann Hesse, enfrente de un conocido club de alterne. Una grúa adornada con un neón rojo preside la actividad. Bromean con habituales que las manosean. Al lado cuatro subsaharianas se marchan en un Renault 21 que difícilmente pasaría la ITV.

Por la ventana de la caravana se asoma el corazón rojo de una valla publicitaria: "Seguimos ofreciéndote lo mejor". Las prostitutas hablan en inglés gritado. Es la zona en la que más nuevas hay. "Podemos ayudarte si tienes algún problema con los clientes, si necesitas un test de embarazo o abortar", les explica Eugenio. Tracy, nacida en Liberia en 1981, pide un análisis de sangre. "La primera vez no, dentro de dos semanas", le dice. "Muchas vienen a probar a un club y si no les gusta se van a otra provincia", cuenta Eugenio, "preferimos que se estabilicen". Pasa la media noche y han atendido a unas 70 prostitutas. Cierran el chiringuito y van al centro de la ciudad. En la Alameda de Colón quedan pocas prostitutas. Todas son españolas. Remedios, 39 años, comenta que ya se hizo los análisis en la cárcel. "Pues debes hacértelos cada seis meses", le ordena Begoña.

Desde hace unos años es difícil ver a prostitutas en el centro. Los movimientos vecinales las ahuyentaron a la zona industrial.

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