Polémica ficticia
La polémica suscitada por el PP respecto a la ausencia española en un acuerdo entre cinco países europeos sobre cooperación en materia de seguridad es absurda. No hay razones para que España tuviera que estar necesariamente en ese acuerdo, y de haberlas, la responsabilidad por esa ausencia correspondería al Gobierno del PP, ya que el asunto comenzó a gestarse hace 15 meses. Que, pese a ello, el PP y sus tres ex ministros del Interior, Jaime Mayor Oreja, Mariano Rajoy y Ángel Acebes, hayan tenido interés en plantear el asunto como un paso atrás en la lucha antiterrorista revela el mayor de los oportunismos.
¿No había acuerdo en evitar convertir este tipo de asuntos en motivo de enfrentamiento electoral entre los firmantes del Pacto Antiterrorista? Lo había, pero el PP ha preferido no defraudar a quienes le dieron el pase (negro) de una ficticia bomba informativa antes que acreditar la lealtad que reclamaba para sí cuando gobernaba. La declaración firmada el viernes pasado por los ministros del Interior o de Justicia de Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Holanda y Austria no tiene nada que ver con iniciativas como la que reunió hace un año en Jerez a los representantes de los cinco mayores países de la UE, entre ellos España, para una cooperación reforzada en materia antiterrorista. De aquellos cinco, sólo Alemania está en los cinco de ahora; lo que les une no es ser los Estados más grandes, sino tener fronteras comunes. El objetivo es impulsar -siguiendo una iniciativa del grupo fundador de Schengen, de la que luego se descolgó Francia- ciertas medidas que compensen la porosidad de sus fronteras para mejor combatir la criminalidad internacional, el terrorismo y la inmigración ilegal: intercambio de datos policiales, reforzamiento de la seguridad aérea, operaciones conjuntas de repatriación de sin papeles, etc.
No parece que pueda reprocharse al Gobierno español no tener fronteras comunes con Bélgica, y si de todas formas era importante haber forzado la presencia en ese grupo, la iniciativa debió corresponder al anterior ministro, que lo fue durante más de un año desde que comenzó a germinar el acuerdo. El argumento de que Acebes informó verbalmente a su sucesor de la existencia del asunto es pueril: si era importante, habría tomado la iniciativa meses antes o, como mínimo, lo habría incluido en el informe escrito de asuntos pendientes. Lo que no tiene sentido es que sólo se convierta en importante a posteriori y como tema central de agitación electoral encabezada por los tres ex ministros del Interior contra el actual.
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