Los profesionales buscan un modelo de mayor proyección del arte español
Galeristas y críticos piden un consejo de expertos y coordinación entre Cultura y Exteriores
Un centenar de galeristas, comisarios, críticos y representantes de administraciones e instituciones celebraron ayer una jornada "de reflexión y compromiso" sobre la proyección del arte contemporáneo español. Los profesionales, convocados por la directora de Arco, Rosina Gómez-Baeza, aportaron sugerencias para establecer un modelo sobre la imagen del arte español en el extranjero, con la creación de un consejo de expertos, ayudas a los artistas y una mayor cooperación en los programas de exposiciones de los ministerios de Asuntos Exteriores y de Cultura.
La intención de la convocatoria, que registró una aceptación poco habitual en el mundo del arte, era debatir la proyección del arte español actual y su "reconocimiento a nivel internacional, subsanando la injusta situación" que se encuentra en las diferentes manifestaciones artísticas. A la cita acudieron los galeristas que participaron en la última edición de la feria de arte contemporáneo Arco, comisarios independientes, críticos y representantes de museos e instituciones, una parte de los 150 registros que tiene Arco (www.arcospain.org).
La ministra de Cultura, Carmen Calvo, estaba en la lista de invitados, pero no hubo representación del ministerio. El encuentro sirvió para un primer contacto con el director general de Relaciones Culturales y Científicas, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfons Martinell, que organiza el programa de Arte español en el exterior, a través de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex), que recibió numerosas críticas.
"La Administración del Estado no está para solucionar los problemas del arte y la cultura, sino para facilitar la actividad artística en los escenarios internacionales", declaró Martinell, que expresó la preocupación del Gobierno por una mayor coordinación y cohesión entre instituciones y programas. El director general de Seacex, Manuel Barranco, señaló que en las exposiciones que visitan otros países "caben modificaciones y reorientaciones". "El presupuesto es público y nosotros estamos a vuestro servicio". También intervinieron representantes de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.
Modelos de gestión
En la mesa se sentaron Rosina Gómez-Baeza (directora de Arco), Soledad Lorenzo (galerista), Agustín Pérez Rubio (del Musac), María Corral (comisaria independiente) y Chus Martínez (sala Rekalde) para situar el lugar del arte en una sociedad democrática, el desconocimiento del mundo artístico, la política de apoyos a artistas y ferias, la escasa presencia de artistas españoles en bienales y ferias, el desconocimiento del arte emergente, y la ausencia de investigación y estudio.
Hubo varias alusiones a los modelos de gestión pública sobre la promoción de la creación e intercambio cultural, con las actividades que realizan los operadores culturales estatales y organismos oficiales de apoyo del arte contemporáneo. Se repartió un informe sobre el modelo de Francia, Suiza, Noruega, Canadá, Australia, Estados Unidos, Corea y Canadá, donde se especifican las tareas y organigramas. La creación de un Consejo de las Artes, formado por expertos, que asegure las políticas culturales sin entrar en los cambios de partidos, fue una petición de numerosas intervenciones. El papel de este consejo o comisión se extiende a la imagen del arte español en el extranjero y a los programas de los museos públicos, como el Reina Sofía, CGAC o CAAM, "que han salido de los circuitos internacionales", según Florenci Guntín, de la Unión de Asociaciones de Artistas Visuales (representa a 3.500 artistas). El consejo se puede complementar con una oficina de información donde los comisarios o investigadores extranjeros puedan conocer la situación del arte español y el trabajo de sus artistas. Frente a estas propuestas se sucedieron las críticas a los programas de exposiciones de la Seacex (entre ellos, dos colectivas en Berlín y Nueva York), más vinculadas a la política de Exteriores, y a los encuentros que celebra Arco con expertos internacionales, que no repercuten en el arte español. Hubo referencias a los museos que sólo compran exposiciones (Fernando Castro), a la necesidad de evitar el paternalismo y el intrusismo político (Antonio Zaya), a la falta de un trabajo científico (Miguel Cereceda), a la igualdad de condiciones de los españoles con los extranjeros (Oliva Arauna), a la identificación de un modelo con nuestra realidad (Elba Benítez) y a una mayor exigencia también en el contexto europeo (Victoria Combalía).
Otras cuestiones que quedaron apuntadas fueron la fiscalidad del arte, el coleccionismo, las ayudas oficiales y las aportaciones privadas, la formación, las bienales en España y las galerías en ferias internacionales.
Artistas y nombramientos
Los artistas no fueron invitados a la jornada de debate sobre la presencia del arte español en el extranjero. "Somos agentes fundamentales de este tinglado", afirmó Daniel Canogar, casi el único artista presente de los que buscan "soluciones creativas a los problemas". Tampoco hubo unanimidad entre los galeristas. El galerista José Cobo, presidente de la Unión de Asociaciones de Galerías de Arte de España, que representa a unos 400 centros, planteó en una carta a Rosina Gómez-Baeza las posibles conclusiones parciales del encuentro, que serán "negativas e injustas en cuanto a la diversidad y complejidad de nuestro sector, que no se compone únicamente de aquellos que forman parte o participan en Arco". En su carta aporta un cuadro sobre la presencia española internacional desde 2002 (bienales, documentos, Seacex, colección del Reina Sofía, ferias) para demostrar que "nunca, como hasta estos años, se ha llevado a cabo una difusión mayor internacionalmente". Propone un foro plural que desemboque en un libro blanco del arte contemporáneo español. En los pasillos, el nombramiento de Ana Martínez de Aguilar como directora del Museo Nacional Reina Sofía fue acogido con sorpresa. "Si tenemos fuerza, podemos decir que no nos gusta y exigir que haya un perfil de acuerdo a un museo que puede codearse con el MoMA, el Pompidou y la Tate", afirmó la galerista Juana de Aizpuru. "El amiguismo es el enemigo número uno de España y vamos a apoyarnos porque somos fuertes, ya que movemos la riqueza nacional del arte", añadió. La propuesta no se concretó y María Corral quiso criticar, en lugar de a las personas, el sistema del nombramiento. "Para ponernos a nivel europeo hay que hacer un concurso internacional y presentar un proyecto concreto para el museo. La democracia tiene que llegar también a la cultura", dijo Corral. Pocos más nombres propios salieron, salvo el de Harald Szeemann, comisario de Real viaje real y de la bienal de Sevilla, para pedir, según Miguel Cereceda, que aporte investigación y no "papanatismo cultural".
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