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Sharon amenaza a sus ministros si no apoyan la retirada de Gaza

El primer ministro israelí asegura que su plan se aprobará aunque haya crisis de Gobierno

Jorge Marirrodriga

O con Sharon, o a la calle. Éste es el mensaje que ayer transmitió el primer ministro israelí a sus compañeros de Gabinete durante una tormentosa sesión del Consejo de Ministros en la que el todavía líder del Likud aseguró que el próximo domingo sacará adelante su plan de retirada de Gaza, aunque para ello antes tenga que expulsar a algunos de los ministros que hoy forman una exigua mayoría contraria a la propuesta.

Ante una derrota segura que habría significado su fin político, Ariel Sharon no pudo someter a votación su nueva propuesta, pero advirtió de que en una semana los ministros tendrán que votar.

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Durante la reunión, el primer ministro no hizo esfuerzos por ocultar su frustración y amenazó entre líneas a su gran rival en el Likud, el ministro de Economía, Benjamín Netanyahu, que capitanea la rebelión contra el primer ministro. "Quiero advertir a nuestros colegas que están tratando de explotar esta crisis en beneficio personal de que no voy a permitirlo. Estoy decidido a que este plan sea aprobado aunque para ello tenga que remodelar el Gobierno o adoptar otras actuaciones políticas", señaló. Hoy por hoy, para Sharon el eje del mal lo forman el citado Netanyahu; el ministro de Exteriores, Silvan Shalom; el de Cultura, Limor Livnat, y el de Sanidad, Dan Naveh. Netanyahu contestó a Sharon que "en esta sala nadie tiene el monopolio de lo que es bueno para el Estado".

Y es que Sharon se encuentra bajo el fuego no sólo enemigo, sino también aliado. El sábado, tanto en su oficina como en las de los ministros disidentes, se recibieron llamadas desde Washington advirtiendo de que "no se puede tomar el pelo al presidente de EE UU", en referencia al compromiso adquirido por George W. Bush de apoyar un plan que le fue presentado como prácticamente hecho y que no está en realidad ni en mantillas. Washington ha recordado estos días a los israelíes que Bush ha apoyado el plan de Sharon pagando el precio de fuertes críticas por parte de sus aliados europeos y árabes. El polémico ministro de Justicia, Tommy Lapid, líder del centrista Shinui, trataba de mediar entre Sharon y Netanyahu para alcanzar una solución de compromiso que impida la crisis de Gobierno. Pero las cosas van mucho más allá del plan sobre Gaza. Sharon ha calificado públicamente a su rival de chantajista y de anteponer sus ambiciones personales al futuro de Israel.

Mientras, en la calle, decenas de simpatizantes y detractores del plan se manifestaban frente al edificio donde se mantenía la reunión. Todos gritaban por el bien del país y califican de "traidores" a los adversarios. Dentro, en la mesa ovalada en la que se celebran las reuniones, los 23 ministros presentaban dos frentes claramente definidos, 11 ministros partidarios de abandonar Gaza y 12 opuestos a ello. Delante de ellos estaba el plan que votarán el próximo domingo y que, además de la retirada de Gaza, habla de reducir drásticamente el número de palestinos autorizados a trabajar en Israel y consagra la construcción del muro de separación, entre otros puntos.

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Mujeres residentes en asentamientos protestan en Jerusalén contra el plan de Sharon de retirada de Gaza.
Mujeres residentes en asentamientos protestan en Jerusalén contra el plan de Sharon de retirada de Gaza.REUTERS

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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