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Reportaje:

Retorno a la cuerda floja

La deuda de los países emergentes sufre por una posible subida de tipos en Estados Unidos

Los bonos de los países emergentes vuelven a sugerir vértigo. La fórmula es sencilla. Los mejores datos económicos de EE UU apuntan a una pronta subida de los tipos de interés. Los bonos norteamericanos, desdeñados hasta ahora por muchos inversores debido al bajo rendimiento que ofrecían, retoman su atractivo. Como consecuencia, la deuda de los países emergentes deja de ser un refugio para los inversores, buscando mayores ganancias. La deuda de países como Brasil, Turquía o México vuelve a acercarse al precipicio.

Ante la posibilidad de un aumento de las tasas de la Fed, el pánico empieza a brotar en el mercado de bonos emergentes

El mercado de bonos emitidos por los países aglomerados en la categoría de economías emergentes, notorio por su volatilidad y apresuradas fluctuaciones, se había convertido en los últimos 12 meses en un sosegado edén. Su riesgo, que se mide comparando los retornos que ofrecen estos bonos con relación a los emitidos por el Gobierno de Estados Unidos (que se considera que tienen un riesgo nulo de suspensión de pagos), se redujo drásticamente. Los grandes inversores, desalentados por los bajos rendimientos que ofrecía EE UU, devoraban estos bonos para aumentar las ganancias de sus portafolios.

En el último año, la bonanza financiera surgía de la reducción de riesgo en estos instrumentos. El banco de inversión JP Morgan, que lleva las cuentas de cómo evoluciona el riesgo de los bonos de países emergentes en un índice específico (EMBI+), comprueba los hechos. Según el índice, el riesgo total de esta deuda pasó de ser de 1.041 puntos básicos (centésimas de puntos porcentuales por encima de los bonos del tesoro de EE UU) a finales de 2002 a 384 puntos básicos en enero de este año. En el último año, la situación no podía ser mejor: los tipos de interés en EE UU se situaban en el 1%, récord de los últimos 46 años; el aumento de los precios de las materias primas ayudaban a impulsar las economías emergentes, y muchos inversores pedían dinero prestado para gastarlo en comprar bonos de Rusia o Turquía.

Ahora, con la eminente subida de los tipos de interés en EE UU y un renovado optimismo sobre su recuperación económica, el riesgo que conlleva invertir en bonos de países emergentes se ha vuelto a disparar. El 6 de mayo, Washington publicó alentadores datos sobre la recuperación económica del país. La reducción en el desempleo de EE UU, considerada una de las asignaturas pendientes del resurgir de su economía, atemorizó a los inversores. Muchos empezaron a vender y el EMBI+, considerado el índice de referencia, empeoraba en 29 puntos y se situaba en 519 puntos básicos.

El aumento de riesgo que sufrió ese día el índice fue el mayor de los últimos cinco años. La última vez que el EMBI+ soportó un desplome tan agudo fue cuando Brasil decidió ordenar la devaluación de su moneda, algo mucho más drástico que datos de desempleo en Estados Unidos. Silvia Marengo, del banco de inversión Clariden, con sede en Zúrich, explica para Bloomberg que "el riesgo de los bonos emergentes se encuentra en mínimos históricos y que, ante la posibilidad de un aumento de las tasas de interés por parte de la Fed (banco central estadounidense), el pánico empieza a brotar en los mercados". El riesgo de estos instrumentos ha aumentado en unos cien puntos básicos desde abril.

El resultado ha sido la huida de muchos inversores de estos instrumentos. Datos de la consultora Emerging Portafolio Fund Research (EPFR) alertan sobre unas cifras que son sólo un trozo del mercado. Los fondos de inversión dedicados a los bonos emergentes han visto salir en las últimas cuatro semanas unos 4.200 millones de dólares de sus cofres, lo que supone la mayor escapada de inversores que ha visto EPFR desde 2000.

"Con las tasas de interés en EE UU preparándose para subir, dudas sobre la situación geopolítica y una mayor aversión a tomar riesgos por parte de los inversores, los fondos de bonos emergentes han sido machacados en las últimas semanas", explica Brad Durham, de EPFR.

Más dificultades

Y no son sólo los bonos los que están sufriendo. Los mercados de acciones de los países emergentes también han tenido que aguantar una fuerte caída. El índice Morgan Stanley Capital Index, que sigue las andanzas de los mercados bursátiles emergentes, ha sufrido un retroceso de un 16% desde abril.

El alza del riesgo de los bonos, sin embargo, puede ser más peligroso para economías emergentes como Brasil y Turquía que una simple caída de sus bolsas. Según los analistas, estos países tendrán que recurrir a los mercados de capitales para financiar su déficit, y cuando aumenta el riesgo, como lo ha hecho hasta ahora, también sube el rendimiento que tienen que ofrecer los emisores. Turquía ha visto el riesgo de sus bonos aumentar 131 puntos básicos, y Brasil, 153. "El resultado será que tendrán que pagar un mayor rendimiento", asegura Durham, de EPFR.

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