La investigación en Abu Ghraib revela torturas en otras cárceles
Los interrogatorios en la investigación militar sobre las torturas en Abu Ghraib han permitido descubrir que en otras cárceles estadounidenses en Irak los prisioneros eran obligados a estar 10 horas de pie con casi 50 grados al sol. Entre los métodos de interrogación había múltiples técnicas ajenas a los principios de la Convención de Ginebra, como arrancar el pelo a los prisioneros o meterlos en sacos para luego aplastarlos con el peso de varios soldados. La descripción de varios testigos en la investigación a la que ha tenido acceso la agencia Associated Press (AP) demuestra la existencia de un patrón de permisividad más allá de Abu Ghraib.
Según AP, en Camp Whitehorse, montado por los marines cerca de Nasiriya, los guardias tenían la orden de someter a los prisioneros a una técnica conocida como 50/10: se obligaba a los presos, encapuchados y esposados, a permanecer en pie cincuenta minutos, al sol, con una temperatura de casi 50 grados, seguidos de 10 minutos de descanso, y así durante 10 horas. "La técnica 50/10", explicó el soldado Otis Antoine a un juez militar en febrero, "se usaba para romper a los prisioneros de guerra enemigos y para que a los HET les fuera más fácil sacarles información". En el argot de la prisión, los HET son los "equipos de explotación humana", los miembros de los servicios militares de inteligencia que interrogaban a los prisioneros.
En esa misma prisión, un marine mató "accidentalmente" a un prisionero al romperle un hueso del cuello que le cortó el paso del aire; otro militar está acusado de haberle dado patadas en el pecho antes de su muerte. En la prisión de Qaim, cerca de la frontera con Siria, los militares estadounidenses metieron a un ex general iraquí en un saco de dormir cerrado, le vendaron la boca y se subieron encima de él. Murió asfixiado.
En otro centro penitenciario del Ejército cerca de Samarra, al norte de Bagdad, a los detenidos se les golpeaba mientras les arrancaban mechones de pelo. En Camp Cropper, la prisión construida cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad para encarcelar a los detenidos de mayor rango militar o político, también se ha documentado el maltrato constante a los prisioneros, a quienes obligaban a permanecer horas en posiciones dolorosas.
De igual modo que los implicados en las torturas de Abu Ghraib, los militares contactados por la investigación en otras cárceles aseguran que se les animó a que "ablandaran" a los prisioneros con humillaciones y abusos para facilitar su cooperación en los interrogatorios.
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