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Reportaje:

El muro empobrece Cisjordania

Unos 400.000 palestinos han perdido sus fuentes de ingresos tras la construcción por Israel de una barrera de separación

Ana Carbajosa

Basem H. es un palestino cuya vida depende de un minúsculo agujero horadado en el muro de separación, que Israel construye desde hace más de un año entre Israel y Cisjordania. Cada mañana este agricultor acude al pie de la barrera al norte de Cisjordania y se tumba en el suelo hasta alcanzar un hoyo, cavado para dejar paso a las canalizaciones de agua. Por ahí le pasa un puñado de zanahorias y cebollas a su hijo que le espera del otro lado, carretilla en mano, para que las venda en un mercado israelí. Basem H. es uno de los 400.000 nuevos pobres que han perdido su fuente de ingresos tras la construcción del muro con el que Israel pretende impedir el paso de terroristas suicidas.

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En total ascienden a 1.400.000 los cisjordanos que tienen hoy dificultades para alimentarse debido a los efectos colatelares del levantamiento de la barrera y de los controles militares, según los datos de una investigación de la organización internacional Oxfam, que se hace pública hoy.

Son los palestinos y sus familias, cuyos cultivos, comercios y empleos han quedado del otro lado del muro. Hasta el año pasado era precisamente la población palestina cercana a la Línea Verde -frontera fijada tras el armisticio de 1949- la que gozaba de un cierto bienestar respecto al resto de los palestinos, por tener acceso a los mercados israelíes, donde vendían sus productos a un precio más barato que el de sus vecinos y donde algunos podían trabajar. Ahora, las ventas fronterizas prácticamente han colapsado, así como el acceso a hospitales, escuelas o puestos de trabajo. Un total de 274.000 palestinos, repartidos en 112 pueblos, quedarán encerrados entre la Línea Verde y el muro, una vez que haya finalizado la construcción, según la ONU, que a finales de 2003 denunció que la barrera israelí sólo coincide en un 11% con la frontera del armisticio.

El muro ha supuesto además la confiscación de facto de parte de los recursos hidráulicos de la zona, lo que ha agravado el ya precario acceso al agua de los palestinos, controlado en un 89% por los israelíes de acuerdo con cifras palestinas. En la primera fase de construcción de la barrera entre Yenín y Kalkilia, 26 pozos quedaron del lado israelí y 35.000 metros de tubería fueron destruidos. Muchas poblaciones han quedado a expensas del agua de lluvia.

Para la Organización para la Alimentación de la ONU (FAO), el desempleo es la causa principal de que el 40% de los palestinos sufra "inseguridad alimentaria", que achaca a las restricciones de movimiento impuestas por Israel, a la vez que vaticina un potencial colapso de la economía agrícola en la zona en los próximos seis meses. Análisis similar al que realiza el Banco Mundial, que en un informe de 2003 aseguraba que si se levantaban los controles a las personas y mercancías en Cisjordania, la medida tendría dos veces más efecto que duplicar la ayuda internacional a los palestinos.

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Pero el impacto económico del muro no sólo ha golpeado a los palestinos. En Israel, el salario mínimo se ha reducido en un 30% y las ayudas a familias con hijos han caído en un 15%, lo que algunas organizaciones consideran consecuencia directa de los 3.400 millones de coste del muro.

Por otra parte, el Congreso español aprobó ayer por unanimidad una declaración institucional de condena a Israel por las últimas actuaciones en Gaza, informa Camilo Valdecantos.

Un palestino entrega a otro por encima del muro unas bolsas de pan.
Un palestino entrega a otro por encima del muro unas bolsas de pan.REUTERS

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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