Bruselas pone a España de cara a la pared
El nuevo Gobierno tiene dos patatas calientes en la mano que le ha traspasado Bruselas: las ayudas estatales supuestamente irregulares para los astilleros Izar y el cuestionamiento de las subvenciones al sector del carbón. En uno y otro caso se ha mezclado la política nacional con un cruce de acusaciones entre socialistas y populares por el modo en el que se han conocido ambas decisiones.
De ellas, la más grave es la que afecta al astillero público, un asunto sobre el que el comisario de la Competencia, Mario Monti, se ha lamentado por no haber contado con la suficiente colaboración por parte del Gobierno anterior. Izar se enfrenta, por un lado, a la devolución de 308,3 millones de euros más intereses sobre un total de 500 millones de ayudas en préstamos que Bruselas considera no se ajustan a las normas comunitarias. Más amenazador es el expediente, aún no cerrado, sobre casi 1.500 millones de euros.
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