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Reportaje:

Chile atrae la inversión española

Unas 400 empresas están instaladas en un país cuya economía ha crecido casi el 5%

La inversión extranjera directa en Chile registró el año pasado un incremento del 60,5%. Es un reflejo más de la salud de este país andino, cuyo Producto Interior Bruto creció el año pasado cerca del 5%, porcentaje que espera superar en 2005. Chile se ha convertido en un buen lugar para hacer negocios. No es ya sólo el valor de sus materias primas, especialmente el cobre, que sigue siendo la principal fuente de recursos del país, la economía se diversifica y desarrolla nuevos sectores como el turismo, los vinos y los olivos. En Chile ya hay instaladas 400 empresas españolas. Primero fueron las grandes -Endesa y Telefónica- y luego más pequeñas, con intereses fundamentalmente en construcción, electricidad, gas y agua y servicios y transportes. La próxima visita del presidente Lagos a España servirá para estrechar relaciones.

Los tratados de libre comercio suscritos con Canadá, México, Estados Unidos, Unión Europea, EFTA y Corea han favorecido el crecimiento
La economía chilena ha desarrollado nuevos sectores en los últimos dos decenios. Entre ellos, la exportación de frutas, vinos y salmón
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Cobre batido
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Indicadores empresariales, periodísticos y de organismos internacionales coinciden en que la economía chilena es una de las más atractivas para la inversión y los negocios en América Latina. Después de un período de lento crecimiento, provocado por la crisis asiática de fines de la década pasada, en 2004 el Producto Interior Bruto de Chile crecerá cerca de un 5% y algo más en 2005, salvo que la economía mundial, en especial EE UU y Europa, tropiecen con el alza de los precios del petróleo, mientras el precio del cobre, la principal exportación de este país, llegó a niveles récord de los últimos años.

Ni siquiera la proximidad de un período electoral (municipal este año y presidencial el próximo), inquieta a los empresarios: el gobierno del socialista Ricardo Lagos está comprometido con la preservación de la disciplina fiscal, aunque los ingresos aumentarán. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante 2003 hubo una caída de -19% de la inversión extranjera directa (IED) en los países de la región, impulsada en especial por la baja en Brasil y México, mientras Chile registró un aumento del 60,5% respecto a 2002. La diferencia es que el monto de la IED de México, a pesar de su baja, más que quintuplica el de Chile, y el de Brasil es 3,5 veces superior.

El pequeño tamaño relativo del mercado local (15 millones de habitantes) explica en parte la vocación exportadora de Chile, que ha podido sobreponerse a su lejanía de los mercados de los países desarrollados. Aunque el impulso exportador comenzó con la dictadura, el auge sólo se concretó con la democracia, desde 1990 en adelante. La inversión externa también experimentó un boom a partir de ese año, lo que favoreció un crecimiento del PIB sobre el 6% anual promedio en la década de los noventa.

Sectores más rentables

Con rapidez, las empresas externas se afincaron en los sectores más rentables. El comercio exterior es el motor de la economía chilena, que concentra buena parte de la IED, en especial, en minería, sector forestal y servicios. Como Chile tiene mercados de exportación diversificados entre diversas regiones (Asia, 31,5%; Europa, 25,5%; EE UU y Canadá 19,7%, América Latina 18,8%), el país ha podido resistir mejor que otros los ciclos bajos de las economías desarrolladas. En la actualidad, más de 6.000 exportadores venden desde este país 3.854 productos a 165 países.

De las empresas españolas, primero llegaron las mayores (Endesa España, Telefónica), siguieron después las industriales y desde mediados de los noventa ha sido el turno de las pequeñas y medianas. En total, hay 400 empresas españolas instaladas en Chile. Medidas en conjunto, son importantes en cuatro sectores de la economía chilena: construcción; electricidad, gas y agua; servicios y transportes.

Pasado el período de las privatizaciones, el desafío para Chile ha sido cómo atraer inversiones hacia un mercado pequeño. Lo han favorecido varios aspectos. El principal son los tratados de libre comercio suscritos con Canadá, México, Estados Unidos, Unión Europea, EFTA y Corea, que ampliaron los mercados a que Chile disfruta de libre acceso o tiene menores restricciones que otros países latinoamericanos. Esto ha atraído una nueva ola de inversores para los que Chile constituye una plataforma desde donde alcanzar otros mercados en países desarrollados, o donde es factible instalar las casas matrices de empresas con filiales en la región.

Bajo riesgo país

También han influido para atraer a la inversión extranjera la estabilidad macreoconómica y política, el bajo riesgo país y el clima adecuado para los negocios, en una región que se caracteriza por su inestabilidad. La economía chilena ha diversificado sus mercados, pero también su oferta: aunque la minería -y las materias primas- explican la mayor parte de las exportaciones, el país ha desarrollado nuevos sectores en los últimos dos decenios, y elevado su grado de elaboración. Entre ellos, la exportación de frutas, vinos y salmón.

Estas páginas presentan la experiencia de algunos de los sectores que reúnen buenas condiciones en Chile para la inversión: la minería, el más tradicional y donde la presencia española es muy baja; el transporte y las concesiones; la agroindustria (vinos y olivos), un territorio especial para las pymes, y el turismo.

Ricardo Lagos, presidente de Chile, junto al rey Juan Carlos.
Ricardo Lagos, presidente de Chile, junto al rey Juan Carlos.REUTERS

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