El Ejército de Israel se retira tras sembrar de escombros Rafah
Los palestinos aseguran que 43 casas han sido demolidas y decenas han quedado dañadas
Cientos de personas se lanzaron ayer a rebuscar afanosamente entre los restos de lo que fueran sus viviendas en la barriada de Al Brazil, perteneciente al campo de refugiados de Rafah, en Gaza. Una extensa franja aparecía llena de escombros, entre los que pululaban los que hasta hace apenas 48 horas habían sido sus habitantes. Los adultos trataban de recoger los objetos más valiosos, y los niños buscaban los juguetes. Muchos se echaban a llorar cuando descubrían en lo que habían quedado convertidos sus hogares.
Todos aprovechaban la retirada parcial del Ejército israelí que comenzó en la madrugada de ayer y continuó durante toda la jornada. "Esto no es nada nuevo. No se han marchado simplemente se han quedado fuera y pueden volver cuando quieran", aseguraba Ahmed Hussein sin ni siquiera incorporarse mientras trataba de levantar un grueso bloque de hormigón de lo que había sido una casa de cinco plantas.
Fuentes palestinas aseguran que al menos 43 edificios han sido completamente demolidos y otras decenas gravemente dañadas. Por su parte, el Ejército de Israel asegura que ha derribado siete viviendas, de las cuales una pertenecía a un militante de la Yihad Islámica.
"Es un crimen total. Sharon es un criminal que debería ser llevado ante un tribunal. Ha matado a mujeres y niños y no le importa nada", destacaba Ahmed, un padre de familia que apenas podía contener las lágrimas. Para este refugiado no tiene importancia lo que puedan hacer la comunidad internacional o los países árabes. "Me río de ellos, no hay ninguna diferencia. Sólo recuperaremos nuestra tierra por la fuerza", se quejaba.
Tanques y excavadoras
Los carros de combate y excavadoras del Ejécito israelí se retiraron ayer desde primera hora de la mañana de la barriada de Al Brazil, aunque no así de Tel al Sultán, escenario de los principales enfrentamientos y ante cuya entrada estaba apostado hasta pasado el mediodía un carro de combate que impedía el paso lanzando ráfagas de advertencia.
Ya por la tarde el blindado abandonó su posición. Israel anunció que la Operación Arco Iris, iniciada el pasado lunes, todavía no ha terminado, pero ha entrado en otra fase mucho más reducida. Ayer apenas se escuchaban tiroteos esporádicos.
En su avance, las excavadoras blindadas no sólo han arrasado casas sino también pequeños invernaderos, huertos y olivos y hasta un pequeño zoo donde se exhibían animales como camellos, burros y loros y que al principio sirvió como refugio a palestinos que habían tenido que abandonar a la carrera sus casas.
"Lo que ha ocurrido en Rafah es una masacre de musulmanes, lo mismo que pasó en Bosnia", declaró a este periódico Ismail al Ashkar, uno de los portavoces de la organización radical palestina Hamás. "No nos interesa ningún proceso de paz, lo único que queremos es que los israelíes se vayan y combatirlos", añadió.
El ministro israelí de Defensa, Gideon Ezra, anunció por su parte que a partir de ahora la Operación Arco Iris se centraría más en las labores de información e inteligencia y menos en acciones militares como las desarrolladas durante la primera fase. Un total de 40 palestinos han muerto en Rafah, la mayor parte de ellos milicianos palestinos según el Ejército israelí o civiles, según portavoces palestinos.
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