Interior cree que los 'duros' de ETA se han impuesto tras el 11-M y desechan la tregua

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, aseguró ayer en la Comisión de Secretos Oficiales que en la dirección de ETA se ha impuesto la línea dura que apuesta por la continuidad de los atentados terroristas frente a quienes propugnan una tregua e incluso ir más allá. El Ejecutivo sostiene que la "debilidad de ETA es extrema", pero que el "riesgo persiste a corto plazo", especialmente tras los movimientos detectados en las últimas semanas al otro lado de la frontera. Alonso, además, repasó las investigaciones del 11-M y esbozó las reformas legales que pretende contra el terrorismo internacional.

La Comisión de Secretos Oficiales se reunió ayer por vez primera desde la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero el 14-M y también por primera vez en los últimos ocho años para tratar asuntos relacionados con el terrorismo. El Gobierno socialista pretende convertir esta comisión en un foro informativo de los partidos sobre la lucha antiterrorista, tras el decaimiento del pacto de Madrid.

El ministro dividió sus explicaciones en tres bloques: la situación de ETA, las investigaciones sobre el 11-M y los preparativos de seguridad para la boda real de mañana. El grueso de su intervención giró entorno a la masacre terrorista que provocó 192 muertos, sobre la que apenas aportó dato nuevo alguno. Alonso echó ayer por tierra las especulaciones sobre una posible tregua de ETA, que lleva casi un año sin asesinar a nadie -el último atentado mortal fue el 30 de mayo, cuando la banda asesinó a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía en Sangüesa (Navarra)-. El ministro alertó del riesgo de un posible y próximo atentado, al haberse impuesto la línea continuista dentro de la banda terrorista sobre quienes pretendían el cese de las armas.

El titular de Interior precisó, no obstante, que la situación de ETA es de "extrema debilidad", pero, aun con todo, el riesgo es "importante". Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han informado a Alonso de los últimos movimientos de la banda, que han generado preocupación entre los expertos antiterroristas.

El robo en Francia de 700 kilos de un fertilizante agrícola (nitrato de amonio) susceptible de ser utilizado en la fabricación de explosivo (amonal) ha sido adjudicado sin ningún género de dudas a ETA por los servicios antiterroristas. Este robo lo atribuyen a la decisión de seguir atentando y también a la necesidad de reabastecerse de explosivos tras el desmantelamiento, el 4 de abril, del taller y arsenal del que ETA tenía en una vivienda del centro de Saint-Michel (Francia), aldea muy cercana a la frontera con Navarra. La confirmación de que ETA, tal y como informó Alonso, se está "reestructurando" y que por ello no se puede bajar la guardia ni en el corto plazo, llegó el día 15, cuando un paseante descubrió a tres etarras en un bosque de Rouffignac haciendo prácticas con un lanzagranadas.

La vuelta a la actividad parece el final del debate interno de ETA sobre su futuro, que se exacerbó tras el 11-M. Un sector de la banda señaló que la continuidad de la violencia ya no tenía sentido y argumentó, también, la pérdida masiva del apoyo del entorno político de ETA. Se calcula que un 80% de los votantes de Batasuna están en contra de la continuidad de ETA. Pero la más que previsible anulación de la candidatura Herritarren Zerenda (HZ) para las elecciones europeas ha vuelto a soliviantar a las bases y a la banda terrorista, ahora contra el Gobierno socialista, según las fuentes consultadas.

El análisis de Alonso fue aceptado por todos los partidos, incluido el PNV. Según fuentes nacionalistas vascas, existe el temor de que la actual ETA debilitada proceda como lo hicieron los poli-milis en su etapa final (a comienzos de los ochenta) con otra campaña indiscriminada de atentados, dentro de sus limitadas posibilidades operativas. No obstante, otro subsector de la banda, según fuentes policiales, ha insistido tras el 11-M en la necesidad de atentar contra "objetivos selectivos", incluso "asumible" por sus bases y que se limiten los "daños colaterales".