Godard presta voz y dinero a la lucha de los intermitentes
Jean Luc Godard, el gran mito del cine francés, sigue activo y agitador a sus 73 años. El padre de la nouvelle vague ha traído a Cannes su última película, Nuestra música, y la presentará hoy en una conferencia de prensa conjunta con la Coordinadora Nacional de Intermitentes y Precarios, que representa a 300.000 trabajadores. Godard ha cedido a los huelguistas media hora de su tiempo ante la prensa, y de paso les ha cedido dinero para sufragar el viaje desde París a Cannes y les ha dado una contribución extra para apoyar una lucha que dura ya tres años y que en 2004 se ha extendido a otros colectivos afectados por los recortes sociales y las privatizaciones emprendidas por el Gobierno de Chirac, como profesores, estudiantes, científicos y médicos.
Así que, aprovechando la reunión, hoy, de los ministros de Cultura de la Unión Europea para hablar de la excepción cultural comunitaria, los intermitentes (algunos) podrán entrar por fin a la fortaleza del Palacio de Festivales, un auténtico búnker que sólo se abre (y con reparos) a los vendedores del mercado del filme, los periodistas y las estrellas. El colectivo K.O. Cannes, que aglutina a trabajadores de la cultura, el espectáculo y el sector audiovisual, pero también a parados y jubilados de otros oficios, advierte de que los recortes "ultraliberales" afectan ya a la mayoría de países europeos. "Se trata de aplicar un modelo desregulador sobre los derechos de los profesionales de la cultura en general, no sólo de los técnicos, y que tendrá consecuencias muy serias para la cultura europea", afirma Xavier Joan-Torres, miembro catalán de K.O. Cannes.
Plataforma europea
Las reivindicaciones básicas de esta plataforma, no exclusivamente sindical y no sólo francesa (intermitentes italianos se han sumado ya a su lucha), son contra la destrucción de los derechos sociales; contra la privatización de los servicios públicos; contra la aplicación del Acuerdo General de Comercio de Servicios (AGCS, el acuerdo firmado en 1994 en Marraquech por más de 40 países que dio lugar a la Organización Mundial de Comercio y que propugna la desvinculación progresiva del Estado de todos los servicios públicos); contra las leyes de seguridad, y por una cultura de todos y para todos. "Los gobiernos europeos sólo creen en la cultura rentable", dice Joan-Torres, "y por eso hacemos una llamada a los cineastas del mundo para que aprovechen la tribuna del festival y pidan, en vísperas de las elecciones europeas, la necesaria inscripción de la cultura entre los derechos fundamentales".
Por otro lado, unos 200 representantes de compañías distribuidoras asistieron ayer a los pases del trailer de la película española de animación en 3D de Dygra Films, Sueño de una noche de San Juan, que será distribuida en 25 países. El festival también ha acogido la presentación de la 6ª edición de los Screenings del cine español de Lanzarote, que se celebrará en febrero de 2005.
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