La 'txalaparta' de hielo
La pareja 'txalapartari' Oreka TX prepara en países como India y Laponia su segundo álbum
Kepa Junkera sostiene que el "músico tradicional del futuro" debe "viajar, compartir experiencias con otros músicos y estar interesado en la música de todo el mundo". Y el trikitilari bilbaíno no está solo en la defensa de dicha teoría, ya que Ignacio Casado, delegado general de la SGAE en el País Vasco, considera que para garantizar la buena salud de la música tradicional "hay que conseguir, como ha hecho Kepa Junkera, establecer colaboraciones permanentes con otros tipos de folk para darse a notar".
Pues bien, ya empiezan a descollar músicos que abordan una labor de investigación y mestizaje en la música popular. Es el caso de Oreka TX, dúo txalapartari que forma parte de la banda de acompañamiento del propio Kepa Junkera y, paralelamente, desarrolla una carrera en solitario cuyo primer fruto discográfico fue Quercus endorphina. Su segundo álbum es un proyecto más ambicioso.
"No sé cómo definir este álbum, pero es inevitable que tenga sustrato euskaldún"
Nomadak es el título que barajan Igor Otxoa y Harkaitz Martinez, componentes de Oreka TX, para ese trabajo que ya han empezado a grabar en India y Laponia. "El proyecto Nomadak no lo hemos querido plantear como un segundo disco al uso. Ha nacido unido a la experimentación y la investigación en torno al material aplicado a la txalaparta, y, por otro lado, a la interculturalidad y al viaje. A lo que pueda aportar en general un viaje en sí, no solo la música, sino las personas, la cultura, la lengua, la convivencia y el poso que te deja todo eso", explica Martinez.
Al país asiático viajaron a finales del pasado mes de septiembre y colaboraron con músicos locales e indígenas, con Darpana, Academia India del Arte, y con el grupo de bailarines tradicionales Janavak, que trabaja fundamentalmente con percusiones. "La India es un mar de instrumentos. Así como en Laponia el único instrumento tradicional que hemos encontrado ha sido un tambor con el que acompañan el canto yoik, en la India fue todo lo contrario: murdanga, sitar, tabla, arpa de boca, de todo. Estuvimos colaborando con unos gitanos del Rajastán y aquellos ya tenían de todo", revela Martinez.
Afinar con motosierra
En febrero de este año Oreka TX se desplazaron a Laponia dispuestos a colaborar, en Jukkarsjärvi, con indígenas sami y con Terje Isungset, Iceman, un músico con tres discos editados que construye instrumentos con hielo. "Era una oportunidad única de experimentar con hielo. Hemos hecho la txalaparta de hielo y hacía tiempo que no nos llevábamos una sorpresa tan agradable al tener una materia con la que poder disfrutar, crear e investigar", confiesa.
"Su sonido es parecido a la piedra, con más resonancia", prosigue, "pero especialmente nos ha sorprendido la facilidad de trabajar el material. A fin de cuentas es agua, y el hielo con motosierras, cuchillos y tal puedes afinarlo, darle forma. No es como la madera, el hierro o la piedra, que si te pasas de afinación no tiene vuelta atrás. Con el hielo bastaba con echar un poco más de agua y que volviese a coger cuerpo".
Con las experiencias vividas y con los sonidos exóticos registrados, Oreka TX trabaja en un álbum al que le quedará corta la catalogación de música tradicional vasca. "No sé yo cómo definir esto. Pero es inevitable que tenga el sustrato euskaldún, porque cuando viajamos lo hacemos no sólo para aprender sino también para transmitir lo nuestro. A fin de cuentas, cada viaje es esa comunicación. En el caso de los sami, ha sido muy interesante comprobar lo que viven ellos con su lengua, las condiciones en las que tienen la educación y un montón de historias en las que nos hemos visto reflejados", concluye el txalapartari.
Los viajes y las colaboraciones con músicos de distintos países han permitido a Igor Otxoa y Harkaitz Martinez ahondar en el conocimiento de otras músicas y culturas, pero nunca se han topado con un instrumento similar a la txalaparta. "El concepto rítmico, la txalaparta como concepto rítmico, como tiempo compartido entre dos personas, eso no nos lo hemos encontrado".
Pese a tocar un instrumento autóctono como la txalaparta, fuertemente aferrado a la música tradicional vasca, Oreka TX no ha limitado su radio de acción a su entorno inmediato. Antes de viajar a India y Laponia, ya había actuado en numerosos países de Europa, América, Asia y África, incluido el décimo Festival Celtic Connections de Glasgow, y tuvo oportunidad de tocar junto al percusionista japonés Joji Hirota en el Getxo Folk de 2002.
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