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LA POSGUERRA DE IRAK | Las torturas

EE UU libera a cerca de 300 presos detenidos en la prisión de Abu Ghraib

Washington intenta limpiar con el gesto su imagen tras el escándalo de las torturas

El escándalo de las torturas sufridas por presos iraquíes a manos de militares norteamericanos en la prisión de Abu Ghraib, 15 kilómetros al oeste de Bagdad, ha desatado una serie de medidas para tratar de mejorar la muy maltrecha imagen de las tropas estadounidenses en Irak. Ayer por la mañana fueron liberados 293 reclusos y trasladados en autobuses hasta la capital iraquí. Muchos partieron desde Bagdad hacia Faluya y Baquba, ciudades a escasas decenas de kilómetros de la capital, en las que el ex dictador Sadam Husein gozaba de enorme respaldo.

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Muchos de los excarcelados han pasado entre nueve y once meses encerrados. Gran parte de ellos sin haber sido acusados de delito alguno. La Cruz Roja Internacional y algunas organizaciones de derechos humanos calculan que entre el 70% y el 90% de los detenidos son totalmente inocentes. Las imputaciones contra los reclusos eran casi siempre genéricas: su supuesta participación en los ataques de la resistencia desde que las tropas de ocupación invadieran Irak en marzo de 2003.

Un día después de la visita relámpago de siete horas del secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, a la infausta prisión -potro de tortura para miles de iraquíes durante la tiranía de Sadam Husein- se puso en marcha la liberación de los casi tres centenares de presos, ya anunciada el miércoles. Al menos seis autobuses partieron hacia Bagdad con los reclusos a bordo ante la mirada de cientos de familiares de los presos que permanecen entre rejas.

Se trata, según las autoridades estadounidenses que gobiernan Irak, de que a finales de junio se haya reducido hasta 1.500 el número de prisioneros en la enorme cárcel. Actualmente son alrededor de 3.500 los que siguen recluidos en Abu Ghraib, ahora dirigida por el general Miller, anteriormente al frente de la prisión Guantánamo.

Bastantes de los excarcelados besaban el Corán y se arrodillaban para besar la tierra antes de relatar su sufrimiento. Algunos aseguraban no haber recibido malos tratos. Otros, como Mohamed Musawi, un preso citado por The Washington Post, narraba que había sido obligado a desnudarse delante de mujeres que se reían de él. Y comentaba que muchos, tras ser interrogados, volvían a sus celdas con hematomas y heridas.

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Presos iraquíes liberados ayer por Estados Unidos, al abandonar la prisión de Abu Ghraib.

 

/ REUTERS
Presos iraquíes liberados ayer por Estados Unidos, al abandonar la prisión de Abu Ghraib. / REUTERS

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