El Arenosillo será un laboratorio europeo del impacto de los aerosoles
Hasta ahora, sólo existía un centro similar en Francia
El Centro de Experimentación del Instituto Nacional Aeroespacial de El Arenosillo (INTA), en Mazagón (Huelva), se va a convertir en uno de los dos centros existentes en Europa de medición y calibración de la influencia de los aerosoles, un contaminante atmosférico, en el planeta. El otro centro se encuentra en la universidad de Lylle (Francia). En el nuevo laboratorio se compararán datos de toda Europa.
Esta decisión se alcanzó ayer en la clausura del encuentro científico que ha reunido esta semana a 142 investigadores de 32 países de todo el mundo, expertos en el estudio de las características de este contaminante. Los aerosoles atmosféricos son partículas en suspensión. Pueden ser naturales, como las cenizas volcánicas, las partículas de la arena del desierto que flotan en la atmósfera o la sal marina; o derivadas de la actividad del hombre, como es el caso del humo de las chimeneas, de la actividad industrial o del gasoil de los vehículos.
El Arenosillo se va a convertir en un laboratorio de medición y comparación de datos que envíen los grupos de investigación de aerosoles de toda Europa.
El encuentro de esta semana ha reunido por primera, vez en diez años, a diferentes grupos de investigadores de todo el mundo que participan en la red Aeronet, un sistema vía satélite dependiente de la Nasa. Esa red dispone de 250 aparatos de medición de aerosoles atmosféricos distribuidos por todo el globo, uno de los cuales se encuentra en la sede de El Arenosillo, gestionado por el grupo de investigadores de la Universidad de Valladolid, precursores del estudio de este contaminante en España.
El jefe de la Estación de Sondeos Atmosféricos del INTA, Benito de la Morena, afirmó ayer que el encuentro ha servido, entre otras cosas, para "unificar criterios de medición que sean válidos a todos los grupos de trabajo en el mundo. Hemos sentado las bases para que todos los equipos estén calibrados bajo los mismos criterios. El trabajo y el análisis debe ser el mismo para que la información tenga rigor", explicó. Y añadió: "Se trata de elaborar una base de datos fiable que garantice que los datos que estamos midiendo son correctos, por ejemplo, si analizamos la influencia que ejercen esos contaminantes en el clima". De la Morena explicó que, de la misma manera que tras el descubrimiento del agujero de ozono en la Antártida comenzó a desarrollarse una serie de investigaciones que han dado como resultado la configuración de una base de datos sólida y de tecnología adecuada después de 30 años, con el tema de los aerosoles ocurre algo similar, sólo que lleva investigándose sólo desde hace diez años: "Ahora tenemos que dotarnos de esa base de datos e instrumentación adecuada. En eso trabaja la red Aeronet y, para eso, hacen falta lugares preparados para ese estudio como El Arenosillo", señaló. "El encuentro ha servido para comenzar a trabajar en este sentido. Hasta que no tengamos la base de datos configurada y la tecnología no podremos profundizar en el grado de contaminación que generan esos contaminantes para lanzar mensajes a los políticos para que tomen las medidas oportunas", indicó de la Morena.
Una futura red nacional
El reto del grupo de investigadores españoles reside ahora en conformar una red nacional de investigadores de aerosoles. La profesora de la Universidad de Valladolid, Victoria Cachorro, afirmó ayer que en la actualidad existen unos diez grupos que estudian las características de los aerosoles, pero "falta en España una red sistemática que unifique criterios y que se apoye en una misma base de datos". Cachorro será la representante de esa red nacional. El sistema estará liderado por la Universidad de Valladolid y contará con el apoyo del Instituto Nacional de Meteorología y del INTA en Huelva.
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