La UE pacta con Suiza una garantía del secreto bancario que se extiende a tres países comunitarios

La Unión Europea alcanzó un acuerdo para que Suiza liquide los rendimientos de sus cuentas bancarias a cambio de conceder al país helvético mantener el secreto bancario y ceder a la exigencia de Luxemburgo, otro país de banca opaca, de que pueda gozar de las mismas ventajas que Suiza. Análogo régimen rige en Bélgica y Austria. El pacto permite a Suiza y la UE suscribir la próxima semana un amplio acuerdo de cooperación que, en su vertiente bancaria, obliga a los suizos a retener parte de los intereses de los depósitos bancarios y reembolsarlos al país del titular sin identificarlo a las autoridades nacionales.

El acuerdo de ayer desatasca la directiva sobre el ahorro adoptada por la Unión el pasado mes de junio, paralizada fundamentalmente a falta de un compromiso con Suiza. Luxemburgo venía vetando un acuerdo con Suiza si al Gran Ducado no se le concedían garantías semejantes a las que goza el régimen bancario helvético. Ayer las obtuvo. El documento, elaborado con la terminología críptica propia de los negociadores comunitarios, establece que la UE hará todo lo posible para preservar los equilibrios que puedan poner en peligro la cooperación judicial sobre la fiscalidad directa.

Quiere decir que si en un futuro la Comisión decide acabar con la opacidad bancaria en Luxemburgo, Bélgica o Austria, lo hará a cambio de que estos países no pierdan terreno ante la competencia que les plantean Suiza, otros países terceros como Andorra, Liechtenstein, Mónaco y San Marino o territorios como las islas del Canal. Luxemburgo, que exigía ese blindaje, interpreta que lo acordado supone que la Unión sólo forzará sus exigencias en el seno de los Veinticinco si también son aplicables y asumidas por los suizos.

Fuentes diplomáticas indicaron que la posición de Luxemburgo se les hizo difícil de aceptar a algunos países, cansados de las exenciones de que gozan los luxemburgueses, pero que al final se rindieron ante la perspectiva de encontrar un acuerdo con Suiza. La directiva de fiscalidad del ahorro, que entrará en vigor el 1 de enero de 2005, establece un calendario progresivo de retención de los depósitos bancarios del 15%, del 25% y del 35%, de la que el 75% deberá ser remitido al país del titular de la cuenta sin identificarlo ante sus autoridades.

Otra iniciativa en el esfuerzo de armonización de la fiscalidad en la UE patrocinada por Francia y Alemania tuvo ayer una fría recepción en la Comisión. París y Berlín, temerosos del efecto imán para las inversiones de los bajos impuestos sobre sociedades vigentes en los países del Este, han anunciado que buscarán imponer un sistema uniforme en toda la Unión. "Parece un anuncio desprovisto de sustancia", indicó ayer un portavoz de la Comisión. El portavoz señaló que, en virtud del principio de subsidiariedad, un país periférico puede combatir esa desventaja geográfica o de otro tipo ofreciendo alicientes fiscales a la inversión.

La Comisión mantiene que quienes claman contra el presunto 'dumping' fiscal en los nuevos países de la Unión se equivocan y que deben tener en cuenta las ventajas de la ampliación.