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Ascer intenta evitar la huelga en una última reunión con los sindicatos

Un millar de delegados sindicales marchan hasta la sede de Ascer

María Fabra

Más de un millar de delegados de los sindicatos CC OO y UGT se manifestaron ayer en Castellón como medida de protesta por el bloqueo en la negociación del convenio colectivo del sector cerámico. Los manifestantes notificaron por escrito en la sede de la patronal, Ascer, la convocatoria de huelga durante la primera semana de junio. Pero la patronal arrancó una nueva reunión negociadora el próximo martes.

La negociación del convenio colectivo del sector del azulejo, que afecta a 26.000 trabajadores de la provincia de Castellón, se dio por definitivamente rota la semana pasada en la sede del Tribunal de Arbitraje Laboral.

Pero la patronal mantiene su confianza en que "las posiciones de las partes se aproximen lo suficiente para merecer la desconvocatoria de los paros" en una reunión la próxima semana.

Un portavoz de Ascer calificó ayer de "desproporcionada a la vista de las proposiciones de negociación de las partes" la convocatoria de paros, que se repetirán, si no existe acuerdo, entre el 14 y el 22 de junio. "La huelga sería extraordinariamente perjudicial para el sector de llevarse a cabo", señaló la misma fuente.

En cualquier caso, éste no ha sido el último movimiento de la patronal cerámica ante la firmeza de los sindicatos a la hora de mantener una convocatoria de huelga cada vez más cercana. Ascer ha remitido un escrito "a todos los trabajadores del sector cerámico" en el que explica su propuesta y señala los puntos en los que existe "disposición a mejorar la oferta", como es el caso del incremento salarial que, en este momento, está en un mínimo equivalente al IPC real.

Los empresarios reflejan claramente su propuesta sobre la antigüedad que pretenden eliminar, a partir de ahora, y congelar desde la firma del convenio. Otro de los puntos de mayor desacuerdo es el de la reducción de la jornada anual que la patronal fija en ocho horas pero condicionado a la supresión del módulo semanal que "no implicará la alteración unilateral de los horarios", según Ascer, pero "abrirá la puerta a la flexibilidad", según los sindicatos.

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El nivel de enfrentamiento ha llegado a un punto tal que los representantes de los trabajadores ya han exigido a los empresarios que inicien la negociación sobre los servicios mínimos. "Las fábricas no son hospitales y si pretenden establecer los mínimos de forma unilateral, no los vamos a cumplir", indicó ayer Juan Escudero, representante de la Federación de Construcción, Madera y Afines de CCOO.

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