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Chávez denuncia una conspiración internacional contra Venezuela

El presidente acusa a militares y políticos de EE UU y Colombia

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, atribuyó anoche a una conspiración internacional, con origen en sectores políticos y militares de EE UU y Colombia, un plan para derrocar a su Gobierno, intentona abortada el domingo por los cuerpos de seguridad del Estado. El presidente pidió la salida de Venezuela de todos los militares y oficiales de enlace de EE UU que se encuentren en el país.

El Gobierno ordenó transmitir por la radio y la televisión pública, y también por las privadas, el mensaje que el presidente pronunció ante el Consejo de Seguridad Nacional, organismo que no se reunía desde hace cinco años. En su larga alocución, Chávez expresó sus sospechas de que importantes oficiales de EE UU, como el jefe del Comando Sur, general James Hill, han estado al tanto de los movimientos golpistas emprendidos por sectores radicalizados de la oposición en Venezuela. "No tengo pruebas, pero sí la absoluta seguridad de que ese general estaba enterado de lo que se planeaba para estos días".

En cuanto a Colombia, el presidente agradeció la solidaridad de su homólogo Álvaro Uribe, pero dijo que algunos altos oficiales del Ejército y parlamentarios de ese país, han demostrado ser enemigos de su Gobierno.

En las operaciones policiales para desmantelar la supuesta red golpista, ayer se tocó a dos iconos del poder fáctico de Venezuela al allanar una propiedad rural del empresario Gustavo Cisneros y un galpón alquilado por la embajada de Estados Unidos.

Fiscales, jueces y policías entraron con sus respectivas órdenes judiciales en la hacienda Carabobo del magnate venezolano, buscando las armas y equipos que los irregulares colombianos detenidos el domingo iban a utilizar esta semana para atacar cuarteles y enclaves estratégicos, incluyendo el palacio de Gobierno.

También inspeccionaron 23 cobertizos ubicados en terrenos de la hacienda La Encantada, en el extrarradio de Caracas, presuntamente con los mismos fines. Uno de ellos es arrendado por la legación diplomática estadounidense como depósito de muebles, según portavoces autorizados.

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El embajador estadounidense en Venezuela, Charles Shapiro, se reunió con el vicepresidente José Vicente Rangel, a quien presentó una protesta formal y aclarar que su país no apoya ninguna tentativa de cambiar al Ejecutivo por la fuerza. "Ningún Gobierno, salvo el del Colombia, ha hecho tanto para combatir los paramilitares como nosotros. Los consideramos terroristas", dijo el embajador, que además informó de que el Gobierno de Caracas le había pedido la retirada de todos los militares y oficiales de enlace estadounidenses que se encuentren en Venezuela.

Los abogados de Cisneros leyeron una declaración en la que se afirma que el allanamiento forma parte de la campaña de descrédito que el Gobierno Chávez ha emprendido contra el empresario a escala internacional.

El Gobierno, entre tanto, sigue imputando el delito de rebelión militar a los colombianos detenidos vestidos con uniformes del Ejército venezolano. Más de 100 personas se encuentran detenidas, entre ellas nueve oficiales activos de la Fuerza Armada y dos civiles venezolanos a quienes se les decomisó un supuesto plan contrarrevolucionario que contemplaba el asesinato de Chávez, del vicepresidente Rangel, de varios de los ministros del Gabinete, dirigentes de los partidos oficialistas, periodistas y diputados a la Asamblea. La lista de los fumigables, que sería entregada a los paramilitares, incluía a dos dirigentes de la oposición, el gobernador del Estado Miranda y el diputado del partido Primero Justicia, Gerardo Blyde.

Mientras tanto, en entrevistas concedidas por teléfono desde un lugar desconocido, el propietario de la finca Daktari, donde supuestamente estaban acantonados los paramilitares, Robert Alonso, negó que su propiedad tuviera tal uso. Cubano de origen y naturalizado venezolano, Alonso asegura que pasó a la clandestinidad tras el fracaso de los disturbios promovidos por él en febrero y marzo pasados. "Me escondí porque me advirtieron de que si me capturaban sería enviado a Cuba para ser fusilado".

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