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LA POSGUERRA DE IRAK | Los combates

Soldados de EE UU matan a 25 milicianos chiíes en la ciudad santa de Kerbala

Los estadounidenses alcanzaron una mezquita cercana al mausoleo del imam Husein

Los milicianos iraquíes del Ejército de Mah-di mueren a decenas cada día mientras su líder, el clérigo radical chií Múqtada al Sáder, refugiado en Nayaf, lanza propuestas de desarme al tiempo que se declara dispuesto al sacrificio. Soldados de EE UU mataron ayer a entre 20 y 25 insurgentes en duros combates en la ciudad santa de Kerbala. Poco después, en Nayaf, a 70 kilómetros, Al Sáder afirmaba a la prensa que "si los norteamericanos abandonan Irak, ello traerá la paz". "Pero si no lo hacen", añadió, "habrá una expansión del terrorismo".

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No obstante, el clérigo se mostró dispuesto a desarmar a su fiel grupo armado si las máximas autoridades religiosas, una referencia al gran ayatolá Alí al Sistani, se lo reclaman emitiendo un edicto.

La batalla en Kerbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, comenzó la noche del martes. Los soldados rodearon con sus carros de combate y vehículos blindados a los insurgentes en la mezquita de Mujaiyam, a escasos 500 metros de los mausoleos de Husein y Abbas, sobre los que se observaba en las televisiones árabes columnas de humo y el sobrevuelo de helicópteros. También mostraron las cadenas Al Arabiya y Al Jazira algunos cadáveres de leales a Al Sáder en las vacías calles cercanas a las mezquitas, habitualmente repletas de fieles y peregrinos a esas horas. Un portavoz de la coalición citado por Reuters informó de que entre 20 y 25 rebeldes habían muerto. Siete uniformados estadounidenses resultaron heridos.

Los continuos ataques de las tropas de la coalición y el asedio de Nayaf, que comenzó a comienzos de abril, después de que el joven líder religioso llamara a sus leales a una rebelión generalizada en todo Irak, parece estar agotando la paciencia de otros dirigentes religiosos chiíes más moderados y de la población local. Pero Al Sáder desafió ayer de nuevo al Ejército de ocupación. "Estamos preparados para una escalada de ataques norteamericanos. No esperamos otra cosa", aseguró en la mezquita de Alí, en Nayaf, el lugar más sagrado para los chiíes. Sin embargo, también lanzó un mensaje a los clérigos que gozan de más prestigio en su comunidad: "Si las autoridades religiosas emiten un edicto, desarmaremos al Ejército del Mahdi. De lo contrario, seguiremos defendiendo el país y su santidad".

Al Sáder no precisó si las negociaciones entre los diversos líderes chiíes han fructificado en un acuerdo que permita poner fin al alzamiento de sus leales. Pero Abu Hassan Amari -uno de los mandos de la Brigadas Sáder, organizadas por la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Irak, partido que forma parte del Consejo de Gobierno Iraquí- indico a Reuters que había acordado con el joven clérigo radical que sus milicias se retirarían de Nayaf si Estados Unidos también lo hacía de los alrededores de la ciudad. "Es el principio de la solución de la crisis", concluyó Amari.

Las negociaciones se producen después de que el nuevo gobernador de Nayaf designado por Estados Unidos, Adnan al Zorfi, ofreciera retrasar los intentos de detener a Al Sáder si éste se comprometía a desmantelar el Ejército del Mahdi, algo que se compagina mal con la pretensión norteamericana de capturar vivo o muerto al errático líder chií.

Una niña corre ante neumáticos en llamas que bloquean los accesos de la barriada bagdadí de Ciudad Sáder.

 / AP
Una niña corre ante neumáticos en llamas que bloquean los accesos de la barriada bagdadí de Ciudad Sáder. / AP

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