Palacio exige a EE UU una mayor apertura del mercado del transporte aéreo
Loyola de Palacio, comisaria europea de Transportes, advirtió ayer a Norman Mineta, secretario de Transportes estadounidense, que Bruselas pedirá a los países que han firmado acuerdos bilaterales con EE UU que los denuncien si el Gobierno de Washington no permite un mayor acceso al mercado del transporte aéreo. La comisaria abordó la quinta ronda de negociaciones de cielos abiertos con la esperanza de poder "forzar la máquina" y conseguir algún movimiento por parte estadounidense, pero también consciente de que el año electoral "no facilita la tarea".
La Administración norteamericana se resiste a aceptar las propuestas europeas, encaminadas a conseguir una mayor liberalización del sector que permita que los inversores extranjeros puedan tener hasta el 49% de la propiedad de una compañía -el tope está ahora en el 25%- y que los aviones comunitarios accedan a las rutas internas estadounidenses.
Eso es lo que los aviones norteamericanos hacen ahora gracias a los acuerdos bilaterales de pasajeros y carga aérea con 15 de los 25 países europeos, acuerdos que el Tribunal de Luxemburgo declaró ilegales hace un año, pero de los que se benefician las líneas aéreas de Francia, Alemania e Italia, entre otros países, lo cual complica la posición comunitaria. Los otros 10 países europeos, entre ellos España y el Reino Unido -con el aeropuerto de Heathrow, el más importante de la UE- tienen acuerdos limitados.
Según declaraciones de Norman Mineta, EE UU "ha hecho concesiones importantes, como la de aceptar el concepto de línea aérea europea por el que las compañías de los países con acuerdos bilaterales pueden volar a Estados Unidos desde cualquier aeropuerto comunitario. En el Capitolio, la liberalización que negocia De Palacio tiene enemigos en los congresistas sensibles a las presiones sindicales, a los recelos sobre la penetración de capital extranjero en el sector aéreo y a los que temen que se rebajen los criterios de seguridad.
Loyola de Palacio dijo en Washington que la UE aceptaría las condiciones de seguridad que el Departamento de Transportes plantea -medidas posteriores a los atentados del 11-S- si hubiera progresos en la negociación de libre acceso. "En caso de que no avancemos, estoy dispuesta a pedir a los países miembros que denuncien los acuerdos en vigor que dan una situación de privilegio a las compañías aéreas de EE UU".
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