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LA INVESTIGACIÓN DE LOS ATENTADOS DEL 11-M

Moncloa presionó a Dezcallar para que defendiera la autoría de ETA la víspera electoral

Miguel González

El día 13 de marzo, a las 16.50, la agencia Efe difundió unas declaraciones de Jorge Dezcallar, bajo el título: "El director del CNI desmiente a la Cadena SER". El hecho de que el máximo responsable del servicio secreto realizara declaraciones públicas es un hecho inusual, pero aún es más extraño que lo hiciera en plena jornada de reflexión, la víspera de las elecciones. Si había algo que desmentir respecto al CNI, lo lógico es que el Ministerio de Defensa, del que depende el centro, hubiera difundido una nota o que el propio ministro Federico Trillo-Figueroa hablara.

Fuentes del CNI explicaron que fue el equipo de comunicación de Moncloa el que presionó a Dezcallar para que saliera personalmente a la palestra y desmintiera a la SER.

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La emisora de radio se había limitado a informar de que el CNI trabajaba "al 99 por ciento de posibilidades" con la autoría islamista en los atentados del 11-M y que la hipótesis de ETA ya no era la principal en la investigación.

En contra de lo que el titular del despacho de Efe decía, Dezcallar no desmintió a la SER. Se limitó a declarar: "El CNI cumple con su obligación con todo rigor y, por tanto, no es cierto y no tiene sentido lo que se ha afirmado en la cadena SER de que hayamos abandonado totalmente una línea de investigación en beneficio de otra o de otras". Pero la SER no afirmó lo que Dezcallar le atribuía y, por tanto, el desmentido no era tal.

Un centro marginado

Lo más sorprendente es que, cuando Moncloa presionó al director del CNI para efectuar estas declaraciones, la policía ya había detenido a dos ciudadanos indios y tres marroquíes como presuntos implicados en la matanza. Las detenciones se produjeron sobre las 15.30, más de una hora antes de que hablase Dezcallar. La autoría islamista era ya la principal y casi única hipótesis en que trabajaban las Fuerzas de Seguridad.

Pero el mismo Gobierno que puso en juego la credibilidad del CNI con estas extemporáneas declaraciones de su director y con la posterior desclasificación de un prematuro informe, lo mantuvo marginado de la investigación.

Dezcallar no fue invitado al gabinete de crisis celebrado en La Moncloa el día 11 por la mañana. Y ningún miembro del CNI fue llamado tampoco a la reunión que, simultáneamente, mantuvo en la sede de Interior el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, con mandos de la Policía y la Guardia Civil.

La primera reunión a la que fue llamado un representante del CNI tuvo lugar tras las elecciones del 14 de marzo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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