"El arresto de Sadam es tan ilegal como la guerra de Irak"

Muhammad Najib al Rashdan, de 56 años, es oficialmente el defensor del ex presidente iraquí Sadam Husein. La esposa y las hijas del dictador han encargado a este letrado jordano la defensa del detenido. Las autoridades norteamericanas parecen, sin embargo, no estar dispuestas a facilitar el trabajo de este abogado, que por el momento no ha recibido el permiso para entrevistarse con su cliente, provocando así una situación de indefensión, que ha denunciado ante la Cruz Roja y otras organizaciones. El encargo lo recibió a mediados de diciembre a través de las hijas del ex dictador, Raghad y Rana, que se encuentran refugiadas en Ammán y con las que se entrevistó en su casa. Hace pocos días, la designación del letrado quedó plenamente formalizada a través de unos poderes notariales firmados por Sajida Kheirallah Talfah, la esposa del detenido, y por el resto de sus familiares directos.

El letrado Muhammad Najib al Rashdan, aunque formado profesionalmente en Jordania, es un hombre estrechamente vinculado a Irak. Este licenciado en Derecho por la Universidad de Bagdad fue miembro fundador del Partido Socialista Árabe Baas en Jordania en la década de los años 1990 y voluntario como soldado raso de las Columnas Al Yarmouk, que desde 1980 a 1998 luchó junto con las tropas iraquíes contra los iraníes. Además asegura conocer personalmente al ex presidente derrocado, con el que se entrevistó al menos en tres ocasiones cuando Sadam se encontraba en el cénit de su gloria.

"Ahora las cosas son mucho mas difíciles; no he podido ver a Sadam Husein. Las autoridades de Estados Unidos se niegan a darme permiso para entrevistarme con mi cliente. Incluso me deniegan la mínima información, lo que me impide hacerme cargo de manera efectiva de su defensa", asegura el abogado Rashdan, en su domicilio de Ammán, mientras prepara un viaje relámpago a Siria y Damasco, donde tratará de entrevistarse con otros abogados árabes, para coordinar detalles vinculados con el caso.

La negativa de Estados Unidos a permitirle entrevistarse con el ex dirigente iraquí, que desde hace varios meses se encuentra en paradero desconocido, no parece sin embargo desanimar a este veterano letrado. Hace pocos días dirigió una carta al Gobierno de Suiza, en calidad de garante de los acuerdos y las convenciones humanitarias de Ginebra, reclamando su apoyo en la gestión. Mientras espera la respuesta, prepara ya el paso siguiente: una querella contra la Administración de Estados Unidos, por denegar a un detenido el derecho a ser asistido jurídicamente.

Jacques Vergés

"La detención de Sadam Husein es tan ilegal como la guerra que Estados Unidos y Gran Bretaña declararon contra Irak", declara el letrado Al Rashdan, adelantando de esta manera las líneas generales de la futura defensa del detenido. Confía en formar un amplio colectivo constituido por cerca de 800 letrados árabes, en su mayor parte jordanos. El equipo legal está dispuesto a incluir la colaboración de abogados occidentales que, como el francés Jacques Vergés, ha manifestado ya estar dispuesto a aceptar el caso.

No hay dinero. Hasta el momento el equipo jurídico que dirige este abogado jordano no ha recibido ninguna provisión de fondos, como suele ser habitual en este tipo de casos. El dinero gastado en estas primeras gestiones lo ha sacado de su propio bolsillo. De cualquier modo, no descarta la posibilidad de que, a medida que surjan complicaciones y el trabajo se haga más costoso, acabe recabando la ayuda popular de la comunidad árabe, a través de una suscripción popular, convocada a través de anuncios en la prensa internacional.

"La batalla jurídica en los tribunales a favor del presidente Sadam no será diferente a la lucha que los resistentes iraquíes están llevando a término en las calles de Bagdad", afirma con rotundidad el letrado, un jurista especializado en duros combates. En su currículo se amontonan los casos espectaculares y difíciles. Dos ejemplos. El primero, en 1992, cuando en nombre del Gobierno de Kuwait presentó una demanda de 600 millones de dólares contra Irak, en compensación por haber destruido su flota de aviones, dos años antes de la invasión. El segundo, en 1998, cuando se querelló esta vez en nombre de Irak y contra Estados Unidos por las consecuencias y los daños causados por haber utilizado uranio en los misiles que disparó contra Bagdad.