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Un alto mando de la Ertzaintza en la lucha contra ETA se va de jefe de seguridad a EITB

El nuevo jefe de seguridad de EITB (la radiotelevisión pública vasca) es un comisario de la Ertzaintza que hasta ahora desarrollaba tareas de máxima responsabilidad en la Unidad Antiterrorista de la policía vasca. El consejero de Interior, Javier Balza, prescinde así de un "gran profesional", según coinciden en afirmar fuentes consultadas por este periódico.

Desde su llegada en enero de 2002 a la jefatura de la Unidad de Información de la Ertzaintza,

este mando, volcado en la lucha contra ETA, había logrado que la unidad desmantelara los principales grupos de violencia callejera en Euskadi, utilizando nuevas herramientas de investigación como el ADN.

La organización terrorista ha situado a los principales responsables de EITB -Andoni Ortuzar y Bingen Zupiria- como objetivo de sus críticas. Los terroristas remitieron durante 2003, en varias oleadas, cartas a los responsables del ente público y a los editores de todos los informativos en las que criticaba la línea informativa y editorial. Además, ETB ha tenido recientemente fallos de seguridad, como cuando un simpatizante de la ilegalizada Batasuna se coló con una pancarta con el lema "Apartheid no" en un informativo de máxima audiencia.

Con todo, fuentes conocedoras de la salida de este mando de su anterior destino vinculan más la decisión con los desacuerdos con el máximo responsable de policía criminal de la Ertzaintza, Natxo Ormaetxe, que con la situación en que se encuentra EITB. Ormaetxe, hombre de confianza del dirigente del PNV Gorka Agirre, ha defendido, como Joseba Egibar y Xabier Arzalluz, una salida negociada a ETA.

Previamente a la llegada de este mando a los servicios antiterroristas, Balza había reforzado la unidad de élite de información contra ETA, que pasó de 269 agentes a 372. Interior había previsto iniciar una remodelación en profundidad de estos servicios, "uno de los más politizados en la Ertzaintza", según han coincidido en denunciar los sindicatos policiales y la oposición parlamentaria, aunque el cambio no se produjo.

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