Google, a la una...
El buscador saldrá a Bolsa por un sistema de subasta, pero los fundadores tendrán acciones con más derechos para asegurarse el control
Los analistas tardarán semanas en destripar el folleto inicial de salida a Bolsa de Google, enviado a las autoridades reguladoras el jueves. Pero algunos detalles ya se conocen. La venta de acciones se realizará por una subasta para que inversores particulares "cualificados" puedan acceder a ella, aunque hay quien teme que este sistema caliente el valor. Los fundadores retendrán derechos superiores al voto para, aseguran, no dejarse influir por el mercado.
Google se ha convertido en la esperanza de la resurreción de Internet y, por eso, los 164 folios de su folleto inicial de salida a Bolsa están siendo analizados con lupa por analistas y competidores.
Los análisis sitúan el valor de la empresa en 20.000 millones, lo que significa que Wall Street cree que Google vale 200 veces de lo que gana
Los inversores pasarán por un proceso de "precualificación" que pretende filtrar a los especuladores, eliminando las ofertas altas y bajas
El documento contiene información sobre la propia salida a Bolsa y la situación financiera de la compañía, datos que Google ha guardado celosamente y que ven la luz por primera vez en los seis años de historia de la empresa más importante de Internet.
En el terreno financiero, Google espera conseguir 2.700 millones de dólares con su salida a Bolsa, aunque aún no ha detallado qué porcentaje del capital sacará al mercado. Lo que sí se sabe es que ha diseñado un plan muy detallado para evitar que las presiones de Wall Street influyan en su estrategia y en sus resultados financieros.
Para empezar, la venta de acciones se realizará mediante subasta. En una carta incluida en el folleto, los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, explican que buscan "un proceso justo para la OPV [oferta pública de venta], que incluya tanto a pequeños inversores como a institucionales".
Es una novedad en el sistema estadounidense, aunque no es un proceso tan abierto como parece. Los inversores deberán enviar sus ofertas a los colocadores, Morgan Stanley y Credit Suisse, y además deben tener una cuenta abierta con alguno de estos bancos. Después pasarán por un proceso de "precualificación" que, básicamente, pretende filtrar a los especuladores, eliminando las ofertas sospechosamente altas o bajas. Cuando la compañía tenga todas las ofertas encima de la mesa, las revisará y tomará una decisión. No tiene que elegir el precio más alto; de hecho, ya ha avisado de que podría optar por alguno más bajo para evitar una sobrevaloración inicial.
200 veces el beneficio
"Nuestro objetivo es que la acción refleje el valor justo de la compañía", resume el folleto. La mayor parte de los análisis sitúan ese valor en los 20.000 millones de dólares, lo que significa que Wall Street cree que Google vale 200 veces lo que gana.
En un segundo mensaje dirigido al mundo financiero, ávido de sangre fresca en el parqué, los fundadores se reservan derechos de voto superiores. Es una decisión muy común en las grandes empresas periodísticas de EE UU que cotizan en Bolsa y su objetivo es garantizar la independencia de la compañía. Google, que no acepta publicidad animada y que siempre la separa de las búsquedas, se considera a sí misma un medio de comunicación.
En un tercer gesto a Wall Street, los dos fundadores avisan: "Las presiones externas tientan a muchas compañías a sacrificar oportunidades de crecimiento a largo plazo por los resultados trimestrales. En ocasiones, estas presiones han forzado a las compañías a manipular sus resultados". Y continúan, citando a Warren Buffet: "Si las cifras son malas cuando lleguen a la sede de la compañía, serán malas cuando le lleguen a usted".
No parece previsible, en todo caso, que Google se vea obligada a inflar sus cuentas, al menos si se analizan las que ha conseguido hasta ahora (véase cuadro). En 2003, la compañía ingresó 962 millones de dólares y obtuvo 105 de beneficio neto. Tiene 459 millones en la caja y 1.907 empleados, seis veces más que hace tres años.
Los ingresos de Google tienen un par de lunares. En 2003 realizó el 95% de sus ventas gracias a la publicidad, y el 74% en Estados Unidos. Algunos analistas ya han señalado que la compañía debería buscarse alguna otra vía de diversificación.
El caso es que Wall Street espera con los brazos abiertos a Google, pero a Google parece que no le gusta demasiado Wall Street. ¿Y por qué sacar a Bolsa, entonces, una compañía que tiene dinero en caja y que asegura no querer entrar en el juego financiero? Google no explica sus objetivos estratégicos a corto plazo, aunque el final es muy ambicioso: "Queremos convertir a Google en una institución que haga del mundo un lugar mejor".
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