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EL DÍA DE LOS TRABAJADORES

El reto de la UE ampliada con pleno empleo

Los sindicatos CC OO y UGT defienden la "Europa social" y la armonización de derechos

En un Primero de Mayo marcado por el terrorismo y la ampliación de la Unión Europea a 25 países, los secretarios generales de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, respectivamente, apostaron ayer por encarar el reto que supone la integración de diez nuevos Estados y se comprometieron en la defensa de la "Europa social y del pleno empleo", así como en "la armonización de los derechos para todos los ciudadanos que la componen".

Los sindicalistas creen que la etapa que comenzó ayer, supone "una gran oportunidad" para convertir a Europa en un "gigante" en términos de capital humano, dado que alcanzará los 450 millones de personas y, porque representa "la región más numerosa del planeta" y con más posibilidades de crecimiento. Para alcanzar esos objetivos, los líderes sindicales consideran urgente la aprobación de la Constitución Europea y confían en que ese consenso se produzca durante el periodo de presidencia irlandesa, que concluye en próximo junio.

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El cambio político

El cambio político que se ha producido en España supone para los responsables de las dos centrales un motivo de esperanza. Méndez mostró su convencimiento de que con el Gobierno del PSOE "habrá respeto por el diálogo social", y que éste permitirá encarar los desafíos a los que se enfrenta España por la ampliación comunitaria, y también para buscar soluciones a los problemas del mercado laboral.

"En estos próximos cuatro años", dijo el dirigente ugetista, "tenemos que demostrar que factores antagónicos pueden ser compatibles", y citó como ejemplo que el crecimiento económico, la mejora de la productividad y la competitividad, han de lograrse junto al "empleo estable y más seguro, el respeto al medio ambiente y el reforzamiento de los derechos sociolaborales".

Fidalgo confía en que se abra una nueva etapa "frente a la prepotencia de la derecha", y transmitió al Gobierno socialista "un mensaje de esperanza e ilusión para que cambien muchas cosas en este país" a través del diálogo.

Su lista de prioridades se inicia con la creación de "más empleo, pero no de cualquier manera", con la disminución de la precariedad que afecta sobre todo a los jóvenes, y mediante la fórmula de "ser más productivos, pero no ser más explotados". El dirigente de Comisiones reclamó asimismo a las empresas que "gasten una parte de los beneficios en inversión, mejora de la tecnología e innovación", y de ese modo mejorar la competitividad.

Esas demandas se lanzaron en una fiesta de los trabajadores con un cariz distinto al de años anteriores, con la ausencia de las habituales críticas al Gobierno. El dirigente ugetista Teodoro Escorial daba esta explicación: "Ha llegado un tiempo de relax tras la marcha del Partido Popular", y aventuraba que ya habrá tiempo para protestar contra el Ejecutivo socialista si se aparta de sus promesas electorales. Esas razones, y la lluvia que caía sobre las calles de Madrid, pudieron contribuir a que la manifestación estuviera menos concurrida que las de años anteriores. Los organizadores cifraron en 70.000 los participantes, mientras que la Policía Municipal aseguraba que al final de la marcha, en la Puerta del Sol, había unas 3.500 personas.

Junto a los líderes sindicales caminaron representantes del PSOE (Trinidad Jiménez y Rafael Simancas) y de Izquierda Unida (Gaspar Llamazares, Inés Sabanés y Fausto Fernández). Y mezclados entre los manifestantes, participaron en la marcha el secretario general del Ministerio de Agricultura, Fernando Moraleda, y grupos de trabajadores inmersos en graves conflictos laborales y ajustes de plantilla, entre ellos los empleados de Renault, Nissan, Auto Res o el Hotel Mindanao.

Unas decenas de personas de la antigua plantilla de Sintel pretendieron repetir el protagonismo del año pasado -cuando agredieron e hirieron al líder de CC OO- y ayer lanzaron insultos y pitadas contra el sindicalista, con una actuación similar a la de la jornada anterior en la Junta de accionistas de Telefónica.

Grupos de inmigrantes ecuatorianos, bolivianos y de origen magrebí, entre otros, estuvieron presentes en la manifestación y en los mítines finales. Fidalgo y Méndez reclamaron para ellos los mismos derechos que para el resto de los ciudadanos y la regularización para quienes se encuentran ya trabajando en España. El dirigente ugetista relató "algo terrible" que le había comentado un ciudadano latinoamericano: "Yo soy uno de los que no ha tenido la fortuna de morir el 11 de marzo", y añadió estas razones: "Estoy bajo amenaza de expulsión y, si yo hubiera muerto, a mi familia al menos le habrían reconocido la nacionalidad española".

En Madrid hubo otras dos manifestaciones convocadas por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y por la Unión Sindical Obrera (USO). El líder de USO, Benito López, pidió más empleo estable, de calidad y con derechos, porque "España es el primer país de Europa en desempleo, siniestralidad, precariedad y en todo lo que tiene que ver con el mercado laboral".

Los dirigentes sindicales de CC OO y UGT (en el centro), junto a los representantes de IU y PSOE, en la cabecera de la manifestación de Madrid.
Los dirigentes sindicales de CC OO y UGT (en el centro), junto a los representantes de IU y PSOE, en la cabecera de la manifestación de Madrid.BERNARDO PÉREZ

Una jornada marcada por los atentados terroristas

La conmemoración del Primero de Mayo fue una jornada triste, lluviosa, sin ningún rasgo festivo ya que estuvo marcada por los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid. El primer acto fue un homenaje a las 192 víctimas y, en su recuerdo, los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, se desplazaron a la estación de Atocha.

Allí depositaron dos ramos de rosas rojas y frente al mural en el que se pueden leer los nombres de las 192 personas que murieron el 11-M, ambos dirigentes reafirmaron su rechazo contra el terrorismo y en apoyo de la paz. Fidalgo destacó que esta ofrenda floral es "una afirmación democrática en defensa de la libertad frente a los terroristas que quieren destruir el modelo democrático de convivencia". Por su parte Méndez dijo que con este acto querían hacer un sentido homenaje a "192 trabajadores que hoy faltan. Queríamos que caminaran con nosotros en la manifestación por la paz, el derecho al trabajo y por una sociedad más justa y libre".

Las pancartas también transmitían ese "no" rotundo al terror, reiterado en los mítines de la Puerta del Sol, que estuvieron precedidos por un minuto de silencio en recuerdo de los asesinados, buena parte de ellos trabajadores ligados a las dos centrales.

Las dirigentes del Partido Popular Ana Mato y Elvira Rodríguez también evocaron a las víctimas en un comunicado de su partido con motivo del 1º de Mayo, donde aseguran que "los asesinos tuvieron, como objetivo, por el lugar y la hora elegida, a los trabajadores".

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