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Reportaje:ESCAPADAS | PARQUE TEMÁTICO MUDÉJAR

Gulliver, en la vieja Castilla

La villa vallisoletana de Olmedo exhibe maquetas gigantes de 21 monumentos de ladrillo de los siglos XII al XV

El castillo de la Mota, que se alza en Olmedo desde abril de 2003, es clavado al que lo hace en Medina del Campo desde el siglo XIII, a tal extremo que, si tuviésemos la paciencia de contarlos, veríamos que constan del mismo número de ladrillos: 2.500.000. La única diferencia es que es seis veces menor; de ahí que, para subir a la torre del homenaje, tengamos que contorsionarnos como si fuéramos gigantes de 11 metros. Sólo faltaría, para que el efecto Gulliver fuese total, que en el patio de armas irrumpiera una reina Isabel I a escala 1:6, una Barbie católica de 25 centímetros que chillara al vernos en un tono seis veces más agudo de lo normal.

Este tremendo castillejo de 140 metros cuadrados y 6,16 de altura es la mayor y más reciente atracción del Parque Temático del Mudéjar. Un parque que, desde su inauguración en mayo de 1999, ha ido creciendo sobre 12.000 metros de superficie ajardinada hasta reunir un total de 21 reproducciones a escala 1:6 o 1:8 de los principales monumentos mudéjares de Castilla y León.

"Sólo faltaría que en el patio de armas irrumpiera una reina Isabel I a escala 1:6"

Que esté en Olmedo no es casualidad. Aquí, en el siglo XIII, fueron concebidas dos de las edificaciones cimeras de este estilo, la iglesia de San Andrés y la de San Miguel, que también pueden verse en el parque. Y aquí, en 1934, fue alumbrado Félix Arranz Pinto, pintor, escultor y padre de la idea. Él solito ha recorrido la vastas llanuras de la región midiendo con su metroláser iglesias, palacios y castillos; ha levantado planos a mano alzada; ha fabricado diminutos ladrillos a la antigua usanza y los ha pegado uno a uno en su taller formando bloques de unos de 50 kilos que posteriormente han sido ensamblados en el parque. Más que las generosas dimensiones o la extrema fidelidad de las réplicas, nos estupefacta el tiempo récord empleado: siete años para el total de las obras exhibidas, y eso que dos y medio se los llevó el castillo de la Mota.

Fruto de ese titánico esfuerzo son las reproducciones exactas de obras como el castillo segoviano de Coca, el mejor ejemplo de arquitectura civil en ladrillo, del siglo XV; o la iglesia de San Tirso de Sahagún, cumbre del mudéjar leonés, del XII. Obras que hablan del buen hacer del mudayyan ("al que se le permite quedarse"), como se llamó a los musulmanes que permanecieron en las tierras reconquistadas: manos diestras que, con materiales baratos, crearon "el único estilo del que los españoles podemos envanecernos", según Menéndez Pelayo. Ellos llenaron con sus primores de ladrillo y yeso cuatro siglos y miles de kilómetros de la España medieval, que aquí pueden recorrerse en un cómodo paseo de una hora.

Para darle mayor atractivo y contenido didáctico, se ha aderezado este paseo con más de 30 especies botánicas: desde el humilde tomillo salsero hasta el noble olmo bajo el cual se fundó esta villa; desde la saludable menta-poleo hasta el fúnebre ciprés que dibuja en los camposantos, calvarios y ermitas el paisaje eterno de Castilla. Además, hay dos grandes maquetas ferroviarias, con sendas reproducciones de las estaciones de Olmedo y Villalón, y siete locomotoras a escala 1:22,5 que circulan automáticamente por buena parte del jardín. Huelga decir que los niños, trepando por los castillos y corriendo tras los trenes, son los que más disfrutan en el parque.

El último aliciente de esta escapada, y no el menor, es la propia localidad de Olmedo, antaño conocida como la villa de los siete sietes, por las puertas, iglesias, conventos, plazas, fuentes, casas de realengo y pueblos que, siempre en número de siete, poseyó. Aunque muy mermada por el tiempo, su lista de monumentos -alrededor de veinte- sigue dando lustre a un caserío pleno de resonancias militares -junto a sus murallas se libraron, en 1445 y 1467, dos de las batallas más trascendentales de la historia castellana- y literarias: "Que de noche le mataron / al caballero, / la gala de Medina, / la flor de Olmedo" (El caballero de Olmedo, Lope de Vega).

Lechazo y 'mudejaritos'

Madrid

- Cómo ir. Olmedo dista 150 kilómetros de Madrid yendo por la autopista A-6 hasta Adanero y luego por la N-601 hacia Valladolid.

- Qué ver. Parque Temático del Mudéjar (Arco de San Francisco, s/n; Tel. 983 62 32 22; www.pasionmudejar.com): abierto todos los días de 10 a 14 y de 16 a 21 horas; entrada, 3 euros. En Olmedo, además, iglesias mudéjares de San Andrés y San Miguel, ermita de la Soterraña, murallas y arcos de la Villa y de San Miguel.

- Alrededores. En Puras (a 13 km): Museo de las Villas Romanas. En Matapozuelos (a 16 km): parque de la naturaleza Valwo. En Medina del Campo (a 20 km): castillo de la Mota. En Tordesillas (a 37 km): monasterio de Santa Clara, mudéjar del siglo XIV.

- Restaurantes. Los Marinos (Tel. 983 60 00 40): cocina y postres caseros; precio medio, 15 euros. Mesón Mariano (Tel. 983 60 05 09): lechazo, cochinillo y natillas; 18 euros. Piedras Blancas (Tel. 983 60 01 00): arroces y parrilladas de pescado; 20 euros.

- Alojamientos. Las Cavas (Tel. 630 03 77 62): cuatro bonitas casas rurales con jardín, barbacoa, piscina y campo de golf; fin de semana, desde 180 euros. Puentes Mediana (Hornillos; Tel. 686 93 48 75): finca de agroturismo a orillas del Eresma, con restaurante ecológico; doble, 45 euros. La Posada del Pinar (Pozal de Gallinas; Tel. 983 48 10 04): 19 habitaciones en medio de un pinar de 130 hectáreas, con piscina en la antigua alberca; 75 euros.

- Compras. Confitería Frías (Marcos Salgueiro, 2): mantecados mudejaritos. El Horno de León (Nicolás Rodríguez, 5): rosquillas de aceite, lazos de hojaldre y tortón de mosto. Artesanía Textil (plaza de San Andrés, 15): labores de bordado castellano antiguo.

- Más información. Patronato de Turismo (Tel. 983 42 71 00; www.dip-valladolid.es). Central de Información de Turismo de Castilla y León (Tel. 902 20 30 30; www.jcyl.es/turismo).

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