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Entrevista:

"Ahora me tomo las cosas con más humor"

Penélope Cruz rueda en Barcelona la superproducción 'Sáhara' junto a Matthew McConaughey

Elsa Fernández-Santos

Penélope Cruz cumplió 30 años el pasado miércoles. Pasaban las doce de la noche cuando Whitney, su maquilladora desde que empezó su carrera americana, entró en su caravana. Whitney, rubia y sonriente, se abrazó a ella y le dijo al oído: "Quería ser la primera en felicitarte".

La actriz está en camiseta y vaqueros, con el pelo negro recogido con unas pinzas, y comiendo una bolsa de bocabits. La caravana está en el muelle de Levante, en la Barceloneta. Un descampado en el que se ha instalado la base de la película Sáhara, una superproducción protagonizada por el actor tejano Matthew McConaughey. Una película de acción basada en los libros de aventuras de Clive Cussler. Dirigida por Breck Eisner, la actriz española interpreta a una científica que investiga en África una extraña enfermedad. Han rodado durante más de dos meses en Marruecos, y ahora lo hacen en Tarragona y, por unos días, en Barcelona.

"A veces me gustaría explicar que mi vida no es una película, que sólo es una vida más"
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"Llevamos muchos meses, pero está resultando divertido", dice. "Mi personaje es muy atractivo, tiene iniciativa, y tanta acción como un chico". En la caravana -que tiene cama, ducha y cocina- hay revistas (Vogue, Vanity Fair), películas de vídeo y latas de coca-cola. En la mesa de la cocina también hay una caja de comida para gatos. "Es que ahora tengo uno. Se llama Marcelo, por Mastroianni. Lo encontré en Marruecos". Hoy Marcelo se ha quedado en la habitación del hotel. Penélope Cruz rueda hasta las siete de la mañana. "No me importan estos horarios, soy muy nocturna". En Barcelona la acompaña su hermano Eduardo, de 19 años. "A Marruecos fue mi padre, y luego, mi madre. Me gusta tenerles cerca. Nos llevamos muy bien. Mi hermano es músico, y muy bueno. Me gusta que esté aquí conmigo". Eduardo es el segundo en felicitar a la actriz. Alto y moreno, entra en la caravana. Besa a su hermana mientras los dos se ríen.

Los últimos meses han sido especialmente movidos para la actriz madrileña. Su vida privada y su vida profesional han sido noticia. Primero fue el anuncio de su separación del actor estadounidense Tom Cruise, con quien ha compartido los últimos tres años. Luego, los rumores de un supuesto romance con su pareja de reparto en Sáhara, Matthew McConaughey, y finalmente, el David de Donatello a la mejor actriz por su trabajo en No te muevas, la película de Sergio Castellito que se presentará en el Festival de Cannes, dentro de la sección Un Certain Regard y que se ha convertido en el fenómeno cinematografico de Italia.

Cruz se impuso en los premios más importantes del cine italiano y lo hizo frente a otras cuatro actrices italianas, interpretando, en italiano, a una mujer italiana y que, además, se llama Italia. Por si fuera poco, la actriz ha abierto una tienda de ropa en Madrid y le ha puesto de nombre Amarcord.

¿Marcelo, Amarcord...?

"Sí, lo sé, estoy loca por ese país. Al gato lo llamé Marcelo porque adoro a Mastroianni y porque en La dolce vita, que es mi película favorita, hay una escena que me encanta: cuando Anita Ekberg coge a un gatito entre sus manos".

Tom Cruise y la actriz se separaron en enero. Fue, según explica ella, una separación nada traumática, debida a las largas temporadas que pasaban alejados por culpa del trabajo. "Tom y yo hablamos casi cada día por teléfono, es un íntimo amigo y ojalá todas las separaciones fueran como la nuestra. Jamás diré nada malo de ese hombre, eso lo puedo asegurar. Cualquier cosa que salga de mi boca será buena. Entre nosotros ha quedado mucho respeto y una gran amistad. Sobre el rumor de que estoy liada con Matthew casi me da risa, aunque no tenga tanta gracia. Me pasa lo mismo en cada película y supongo que siempre será así. Cuando educadamente respondes que no, que no tienes una relación con esa persona, no basta. El no nunca es una buena respuesta". "La verdad", añade la actriz, "es que ahora me tomo las cosas con más humor. Procuro estar más tranquila. A veces me gustaría explicar que mi vida no es una película, que sólo es una vida más, que intento vivirla lo mejor que puedo, pero que también me equivoco, como todo el mundo".

"Yo no soy una estrella", continúa Cruz. "Yo lo que soy es una actriz privilegiada porque puedo trabajar en países diferentes y lenguas diferentes. En España, la idea del actor-estrella no existe y, además, yo no quiero pertenecer a ningún star-system".

"Últimamente me siento bien conmigo, y eso me ha costado. Ahora, cuando hago una cosa no estoy pensando en otra. Antes iba con dos móviles a todas partes y no lograba relajarme nunca. Mi madre me lo decía, pero yo no le hacía caso. Ahora estoy más feliz. Y si estoy viendo una película o comiendo, desconecto el teléfono y no me preocupo por nada que no sea disfrutar de ese momento. Tengo menos prisa".

La actriz ha decidido que ahora vivirá entre Nueva York y Madrid, aunque todo dependerá de los rodajes. "De momento ése es mi plan, pero quiero rodar pronto en España y en español".

Mientras tanto, en su caravana, Penélope Cruz pasa muchas horas muertas. Hablando con sus amigos, leyendo o eligiendo por Internet la ropa que venderá en su tienda de Madrid. "Compro marcas que me gustan, que he visto en Los Ángeles o Nueva York y que no se venden en Madrid". También por Internet responde a las cartas que le escribe Pedro Almodóvar: "Almodóvar es una inspiración constante en mi vida, como director y como amigo. Nos escribimos constantemente, y cuando llegan sus correos se convierten en la alegría del día. Últimamente le ha dado por decirme que en dos o tres años me voy a quedar embarazada. Está convencido. La verdad es que, aunque no sé con quién, no me parece una mala idea".

Penélope Cruz, el pasado 16 de abril en Roma.
Penélope Cruz, el pasado 16 de abril en Roma.REUTERS

Del desierto a Roma

Aunque todavía no hay fotografías "oficiales" del rodaje de Sáhara, Penélope Cruz enseña algunos contactos que permiten hacerse una idea de lo que será la película: mucha acción, lugares exóticos y ligeros toques de comedia romántica.

La actriz lleva desde febrero embarcada en un proyecto que ronda el millón de euros, que transcurre prácticamente en el desierto y en el que trabaja un equipo de más de 600 personas. Cruz abandonó el rodaje a mediados de abril para asistir en Roma junto a su madre a la ceremonia de los Premios Donatello, donde era candidata a la mejor actriz por No te muevas, de Sergio Castellito.

Ganó. Y todavía parece emocionarse al recordarlo. "Ha sido para mí tan importante como el Goya por La niña de tus ojos. Desde el primer día fue una película especial".

Es difícil creerlo, pero Penélope Cruz también puede parecer fea. "¡Y muy fea! Aquí hasta huelo mal", dice señalando una fotografía de la película italiana. El pelo mal teñido, los dientes amarillos y un poco separados, ojeras, los labios finos, la piel sudada y brillante y pelos en el sobaco. Un aspecto sórdido y vulnerable a la vez. "En estas fotografías estoy muy exagerada, pero en el libro se insiste mucho en su fealdad. Ella huele mal, y eso se tenía que ver, pero también se tiene que entender que a él, al protagonista, le gusta ese olor, que se enamora de esos malos olores. Ella limpia hoteles y está muy trastornada. Es una mujer que vive como un animal, que está desesperada. Yo sentí una gran responsabilidad a la hora de interpretar a un personaje así, no quería quedarme en lo superfluo. No quería hacer una caricatura". "He trabajado observando a personas que podrían parecerse a ella, pero para mí tampoco es tan difícil entender ciertas carencias. Yo no he crecido millonaria, y eso ha sido importante en mi manera de entender la vida. No es que en mi casa fuéramos pobres, porque nunca nos ha faltado de nada, pero no podíamos permitirnos caprichos. Sé lo que es no dormir por la emoción de tener unos zapatos nuevos. Y eso es algo que no se olvida nunca".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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