Las oportunidades que vienen del Este
Las empresas españolas tienen todavía posibilidades de inversión en los nuevos países de la Unión Europea
Infraestructuras, turismo, componentes de automoción, gestión... La lista de posibilidades de inversiones comerciales o directas de las empresas españolas en los países del este de Europa es enorme. Resulta extraño que se hayan perdido muchas oportunidades durante los últimos años, que han sido aprovechadas, sin embargo, por países más cercanos a los Pecos, como Alemania. Pero no es tarde. Hay todavía nichos y posibilidades que esperan a los empresarios españoles fundamentalmente volcados en Latinoamérica durante los últimos años. Las ventajas fiscales y de costes laborales, que suponen una amenaza para la deslocalización de algunas instalaciones en España, no deja de ser una ventaja para las empresas que apuesten por esta nueva Europa, en la que es aconsejable contar, según los pioneros, con un socio local en el país del que se trate.
Durante los próximos seis años serán necesarias inversiones por valor de 90.000 millones de euros en infraestructuras de transportes
Polonia Hungría y la República Checa acaparan la mayor parte de los intercambios comerciales entre España y los nuevos miembros de la UE
El próximo 1 de mayo se incorporarán como miembros de pleno derecho los 10 aspirantes a protagonizar la quinta ampliación de la Unión Europea. Son los países de la Europa central y oriental (Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia y Estonia) y los mediterráneos isleños Malta y Chipre. A todos ellos se unirán probablemente, a partir de 2007, Rumania y Bulgaria, si para entonces han hecho los deberes correspondientes, colocando los indicadores de sus economías en los niveles mínimos exigidos por la Unión.
Se trata de un nuevo mercado de 75 millones de habitantes en esta primera oleada al que, por diversas circunstancias, España ha permanecido ajena e indiferente hasta ahora. Con honrosas excepciones, el empresariado español mantiene una asignatura pendiente en esta zona europea, que en muchos casos se ha visto desplazada por las actuaciones que se han realizado durante los últimos lustros en Latinoamérica.
Aunque nunca es tarde si la dicha es buena, la espera al espaldarazo que supone su incorporación oficial ha reducido notablemente las posibilidades de desembarco con éxito, que han sabido aprovechar durante los últimos tiempos países más cercanos y con más vinculaciones socioeconómicas.
"Se han perdido oportunidades, pero aún estamos a tiempo", señala el responsable de Relaciones Internacinales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, José María Lacasa, que justifica este retraso en la estructura empresarial española "fundamentalmente de pymes" y, por tanto, con una mayor debilidad financiera a la hora de evaluar riesgos y posibilidades.
La banca es uno de los sectores españoles que menos atención han prestado a esta zona y que tendrán que hacer un mayor esfuerzo a partir de ahora para acompañar a las empresas que preparan su aterrizaje en esta zona.
También resulta significativo que las embajadas españolas en cuatro de los 10 países que se incorporan -Malta y la tres repúblicas bálticas- apenas tengan cuatro meses de vida.
Para el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, José Manuel Fernández Norniella, las cosas han empezado a cambiar durante los dos últimos años, en los que se aprecia un notable aumento de la presencia española, sobre todo la proveniente de Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Por países, Polonia, Hungría y la República Checa acaparan la mayor parte de las relaciones comerciales entre España y los nuevos socios de la Unión Europea, con incrementos notables en los últimos años, pero con cifras absolutas muy bajas. La primera de ellas, según el último informe del grupo inversor Litexco, recibe productos y servicios españoles por valor de 1.400 millones de euros, muy por debajo de los 14.300 millones que venden las empresas alemanas. Las ventas españolas a Polonia tan sólo aportan el 2,3% de las importaciones totales de este país centroeuropeo.
Los que presentan un mayor crecimiento en estas relaciones bilaterales son los candidatos aplazados a 2007, Rumania y Bulgaria, con aumentos del 36% y el 27%, respectivamente, en el ejercicio de 2003.
Eslovaquia y Eslovenia son los países que han demostrado más interés por España, aproximándose al 3% del total de sus compras en el exterior, mientras que las repúblicas bálticas apenas superan el 1% en cada caso.
Según María Isabel Pardos, del comité de dirección de Litexco, estos tres países han escenificado un magnífico ejemplo del tipo de actuaciones que irán consolidándose en los próximos años: nada menos que 164 empresas de nuevas tecnologías se han unido para crear una asociación de servicios externos de software informático. "Se han repartido por países la telefonía móvil, la programación..., evitando hacerse la competencia en áreas concretas".
Las infraestructuras suponen las mayores posibilidades de participación según todos los expertos consultados. Es precisamente el sector en el que han empezado a materializarse con mayor trascendencia los desembarcos españoles. Según la Comisión Europea, en los próximos seis años serán necesarias unas inversiones de 90.000 millones de euros para mejorar la infraestructura de transportes de estos países. En este sentido, entre las últimas acciones destacan las adjudicaciones hace unas semanas a Ferrovial a través de su filial en Polonia, Budimex, de la construcción de un paso fronterizo con Rusia en Grzechotki, por un importe de 8,7 millones de euros, y a Acciona, que a través de su filial polaca, Mostotal Warszawa, se ha adjudicado la construcción de una autovía por un importe de 22,5 millones de euros.
Pero el abanico de posibilidades para las empresas españolas es mucho más amplio. Según el informe de Litexco, alcanza a la mayoría de los sectores, "especialmente los de servicios, construcción, agricultura y turismo, donde los empresarios españoles disponen de un más que competitivo know how".
Por su parte, el Consejo Económico y Social (CES) ha elaborado también un informe, que presentará mañana, en el que destaca la oportunidad en la década pasada que supuso el proceso de privatización y reconversión industrial emprendido tras el inicio de la transición económica y política. Ahora, la liberalización de las telecomunicaciones, energía y finanzas han desplazado el peso a los servicios, que ya representan la mitad al menos de los capitales extranjeros invertidos en estos países.
La excepción del automóvil
El sector automovilístico es la excepción industrial. Sigue registrándo importantes aportaciones de dinero foráneo. Es el mercado donde España, con una importante industria de componentes, puede desempeñar un papel destacado.
En los mercados de servicios, algunos países como Hungría, Polonia y Chequia han alcanzado ya cierta madurez económica, lo que supone, según María Isabel Pardos, que ya haya un 30% de la población con acceso a las actividades de ocio, adquisición de productos diferenciados por la marca, etcétera. En turismo han comenzado incluso a seleccionar la demanda, con importantes ofertas y con precios cada vez más elevados.
En cuanto a la agricultura, existen proyectos potencialmente atractivos en Polonia, según Litexco, a pesar de la necesidad de mejorar la productividad por hectárea. Las consultoras y las empresas dedicadas a la defensa del medio ambiente tienen también en estos momentos, un importante crecimiento potencial.
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